Enigmas: Un remedio contra los aluxes «tapacaminos»

InicioEspecialesEnigmas: Un remedio contra los aluxes "tapacaminos"

Por Jorge Moreno
Ya hemos hablado varias veces en esta sección sobre los aluxes, pero hoy les presentamos por primera vez a los que llaman “tapacaminos”, historia que fue presentada recientemente en redes sociales por nuestro amigo y colaborador de la revista “Misterios”, Gabriel Bacelis, de la ciudad de Izamal.

“En la época donde el henequén era una de las fuentes más grandes de la riqueza de la zona maya, Izamal no era la excepción, por lo que múltiples haciendas se dedicaban a la elaboración del sosquil (fibra derivada del henequén) y que durante muchos años se distribuía en nuestro Estado y gran parte de la República Mexicana, ya que en aquel tiempo tenía múltiples funciones y se llegó a exportar al extranjero.

Para su distribución se utilizaban “trucks”, es decir, plataformas montadas en rieles y tiradas por caballos, o en su caso era a través de carretas para el transporte a los poblados y a la capital de nuestro Estado.

Y es precisamente ahí donde por relatos que han pasado por generaciones se cuenta que durante el traslado del sosquil en los caminos o vías se suscitaba un hecho muy extraño, pues los caballos de pronto, en ciertas partes, no querían seguir avanzando con su preciada carga llamada también “oro verde”.

Los conductores de dichas carretas, consternados por el comportamiento de los caballos o en su caso mulas, solamente alcanzaban a lastimar con sus chicotes (látigo hecho con una vara gruesa de madera y soga de sosquil) a los pobres animales que sólo actuaban de manera asustadiza sin que los trabajadores entendieran qué era lo que sucedía.

La explicación

Se cuenta que uno de los peones, desesperado por estos hechos, acudió con un H’men (brujo maya) para indagar sobre lo que pasaba a los caballos y mulas. Este era muy sabio en todos los secretos del Mayab, por lo que le hizo saber al peón que lo que ocurría era que los aluxes estaban enojados por llevarse tan precioso tesoro, como era el henequén o el producto ya procesado, y que por eso se
paraban frente a las carretas o “trucks” para impedir que se lo llevaran.

El peón, le preguntó al brujo que si había alguna solución a eso, ya que si ellos no cumplían la encomienda de sus patrones, los castigarían con chicotazos (una forma de castigo muy común en aquella época) y que incluso podían morir ante el castigo.

El H’men le dijo que sí había un remedio, pero había que advertirles a los patrones que los dueños de los montes (los aluxes) realmente estaban muy enojados por lo que hacían. El remedio era que cada conductor de plataforma o “truck” debería llevar con ellos un chicote pero en la punta de la soga deberá hacer una cruz y ponerle sal, y cuando viera que los caballos o mulas se detuvieran y se asustaran, deberían bajarse y tirar latigazos al aire al frente de su carruaje.

El peón, temeroso y respetuoso de las palabras del brujo maya, regresó a la hacienda y le dio las indicaciones a los encargados de las carretas; a partir del día siguiente, cada uno ya llevaba su chicote con la punta de su soga con una cruz y con sal, así como lo había indicado el H’men.

Se cuenta que se corrió la voz de estos hechos a las otras haciendas ubicadas cerca de Izamal y así fue como todos lo empezaron a hacer…

Cuentan las anécdotas que cuando los animales se detenían asustados, los conductores se bajaban y tiraban latigazos al aire con su chicote y gran asombro y temor causaba cómo se escuchaba que los chicotes le llegaban a algo invisible a los ojos humanos, pero que los caballos y mulas si podían ver, pues recordemos que los animales tienen la facultad de ver seres del otro plano.

Y así se puso un remedio a los acontecimientos macabros de los conocidos como los “tapacaminos”, seres mitológicos de la cultura maya de la que, según se cuenta, hasta hoy se les puede encontrar en los antiguos caminos de nuestro Yucatán.

Tal vez te pueda interesar:

Enigmas: “Diablo” abandonado en carretera atemoriza a vecinos de Ciudad Caucel (video)

- Publicidad -

LO MÁS LEÍDO