Por Jorge Moreno
Ayer acudió a visitarme una ganadora de las recientes promociones que hicimos en esta sección y, al término de la consulta, me platicó una experiencia paranormal que vivió hace siete años y que no deja de ser impactante: “Hace algunos años trabajaba en Plaza Las Américas y cuando iba hacia mi trabajo me bajé del camión a unas dos cuadras, por la calle 128, y vi que acababa de pasar un terrible accidente, pues un motociclista se había impactado con un poste y estaba tirado en el piso.
De hecho, pasé junto a él y lo vi tirado, estaba muerto, pues tenía abierto parte del cráneo. Esto ocurrió por el mes de diciembre de 2015.
”Justo un año después, yo seguía trabajando en esa plaza y, aunque normalmente me iba a buscar mi marido, en una ocasión no pudo porque era la fiesta de Navidad de los empleados en donde trabajaba y terminaría tarde; entonces yo caminé hacia el sitio en donde agarraba el autobús para irme a mi casa (el cual era el mismo en donde me bajaba a la ida).
”Pasaron unos minutos y, de pronto, se acercó un muchacho, quien me preguntó qué camión esperaba, yo le respondí que el de “Circuito Poniente” y él me dijo que esperaba el mismo y se paró.
“Regresó” un año después junto a mí; luego me preguntó en dónde me bajaba y le dije que por el rumbo del Hospital Psiquiátrico, pues ahí agarraría otro camión, y él me respondió que era una casualidad, pues él también ahí se bajaría.
Escalofrío muy fuerte
”El caso es que llegó el autobús, me subí y me senté adelante, y vi cómo pasó él y se sentó en la parte de atrás, pero cuando pasaba junto a mí sentí un escalofrío muy fuerte, jamás había sentido algo similar.
”Fue así como empecé a recordar que ese muchacho era igualito al que vi tirado muerto un año antes en ese sitio en donde esperaba el
camión, incluso tenía la misma ropa, pantalón color kaki y camisa blanca; viré a ver al fondo del camión ¡y ya no había nadie!
Era imposible que se hubiera bajado.
”De hecho, cuando me tocó bajarme por el Psiquiátrico, viré a ver de nuevo y no estaba, y nadie se bajó ahí. Él me había dicho que en ese sitio bajaría; creo que era su aniversario de muerte, pues igual fue en diciembre, pero ya no recordé el día exacto”, finalizó.
Cabe destacar que por ser en la fecha en que cumplía un año de muerto (o fecha cercana) y por ser el mismo sitio, por alguna razón él aún continúa como alma en pena vagando en esa zona, o quizás cuando ocurrió la tragedia él aún no había muerto y vio a la señora, siendo este el último recuerdo que tuvo antes de fallecer y por eso platicó con ella.
Otra experiencia para poner «los pelos de punta»
Y por si fuera poco, esa misma señora me contó que tiempo después tuvo una experiencia parecida, pues un día se enteró que había muerto el papá de una de las amigas de su hija, y a la mañana siguiente, mientras caminaba por el rumbo de su casa, vio entrar al señor a una tienda de renta de películas (era en donde trabajaba) y cuando llegó a su domicilio le dijo a su marido que era mentira que hubiera fallecido, pero su esposo le dijo que no podía ser, porque esa misma mañana lo habían enterrado, pues obviamente era cierta la noticia de su muerte una noche antes e, incluso, habían ido al entierro los dueños de ese vídeo club en donde laboraba:
“Como lo acababa de ver, mi marido me dijo que fuera en ese momento a ese negocio para comprobarlo, pero la verdad me dio miedo y lo dejé así”, explicó.
Esto de cierta forma ocurre con frecuencia, y es muy probable que usted, amigo lector, haya visto e incluso platicado con amigos, conocidos o exraños que en realidad ya no son de este mundo.
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