Enigmas: Consiguió a una novia tan macabra como especial

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Por Jorge Moreno
Se cuenta que hace muchísimos años, en una ranchería de Quintana Roo, vivía un joven con sus padres; el muchacho cortaba leña junto con su progenitor cuando iban al monte, posteriormente descansaban en la sombra de un gran yaxché (ceibo).

A diario era la misma rutina, el muchacho le comunicó a su padre el deseo de casarse y que por favor le buscara esposa. En la antigüedad, en la costumbre maya, los padres buscaban y escogían a los yernos y las nueras.

El padre le decía que sí, pero nunca le decía cuándo; sabía el señor que perdería ayuda en la parcela, y así pasaba el tiempo; el muchacho estaba fastidiado, ya que veía que sus conocidos ya tenían esposa y él todavía continuaba solo.

Cierto día, el muchacho regresaba de su trabajo del campo y ya se estaba haciendo de noche, estaba solo y muy cansado, por lo que se sentó a reposar en la sombra del yaxché, recordando su triste existencia y la critica que le hacían los amigos, haciéndose ilusiones con una muchacha. Molesto, invocó al kisín (diablo) y gritó:

  • ¡Si existes… quiero una esposa bonita y te entrego mi alma a cambio…! Cuando se incorporaba para seguir su camino, se asomó una
    mujer elegante con joyas de filigrana en oro, y ella en maya le dijo: -¿Soy como tú deseas? El muchacho veía a la bella mujer, solamente dudó cuando vio su cabello tan largo que le llegaba a los tobillos, pero repasó su hermosura y aquella duda se desvaneció.
    Se escuchó el canto del xoch (lechuza), ella se despidió y le dijo:

-Si quieres volver a verme, regresa aquí mismo y dices: “Hija de Satán, ven”. La mujer se esfumó y el muchacho continuó su camino.

Nuevas peticiones

Todas las noches iba a ver a aquella mujer luego de esperar que se durmieran sus padres para salir, y su enamorada una noche le dijo:

-Si quieres seguir conmigo, tendrás que hacer tres cosas: hablar con el diablo, mi amo, él está en la cueva, le das tu alma y tendrás que convertirte en chivo para que me des de comer carne de difuntos.

A la noche siguiente, el joven estaba en la cueva con la mujer, caminaron al fondo de la gruta y vio tres fémures que brillaban y que formaban un triángulo, y en el centro había una calavera humana y otra de un macho cabrío. Se escuchó una voz estentórea:

  • Levanta la calavera con cuernos y ponla frente a tu cabeza y pisa el cráneo humano, repite (en maya) “Quiero ser un cabrío para darle de comer a mi esposa, hija de Satán, conviérteme en un fornido cabrío”.

El joven sintió que su cuerpo se llenaba de pelos y se convirtió en una bestia que salió corriendo de la cueva y se fue al cementerio, donde sacó un cadáver y se lo dio a su prometida. El muchacho le dijo a la mujer:

-Devuélveme mi cuerpo natural. Él recuperó su forma original, entonces su prometida le dijo: -Nos casaremos en luna nueva, pero no olvides traerme carne.

Al volver el muchacho no recordaba de su transformación, solamente pensaba que había tenido una desagradable pesadilla. Lo real para él era que tenía una bella futura esposa. Lo que no sabía era que esta mujer se trataba de la engañadora… la Xtabay, el súcubo del Mayab.

Monstruo suelto

Al transcurrir los días, en las rancherías vecinas se divulgó la noticia de que un horrible monstruo desenterraba los cadáveres para comérselos.

Se organizó una junta vecinal que fue presidida por un H´men (sacerdote maya) de la población. Al poco tiempo falleció una persona de la villa y todos se armaron con sus rifles y montaron guardia en el camposanto.

A media noche la bestia brincó el muro, olfateó la tierra para localizar dónde estaba el muerto y con sus patas y cuernos desenterró el cadáver; se disponía a morderlo cuando de pronto se oyó un disparo. Los hombres, con ayuda de lámparas, vieron mejor a la bestia con descomunales cuernos, la cual, de un gran salto huyó velozmente. Entonces el H’men dijo: -Es un engendro del diablo, las balas tienen que ser marcadas con una cruz.

El rastro

Vino otro sepelio, los pobladores tomaron otra prevención, se instalaron en árboles estratégicos con medidas más satisfactorias. Cuando vieron a la bestia, todos dispararon; ésta se reviró y cayó cerca de la puerta del cementerio, y aunque logró escapar, los vigías que estaban en los arboles ubicaron hacía dónde iba, y también vieron que el monstruo estaba herido porque sangraba abundantemente, pero como era muy noche, decidieron los “cazadores” regresar a sus casas.

Al día siguiente, los hombres iniciaron la búsqueda y encontraron la sangre del animal y siguieron su rastro, el cual les llevó a un camino hasta llegar a una casa, donde tocaron a la puerta y un señor salió diciendo que suplicaba silencio porque su hijo llegó mal herido de su trabajo. Un integrante del grupo le dijo: -Mentira, tu hijo habla con el diablo, se convierte en monstruo y come a los difuntos.

Entraron a la fuerza, pero una vez ahí al entrar a la casa sintieron un hedor muy fuerte.

Buscaron y vieron que había una bolsa de carne de difunto, oyeron que se quejó el herido y se acercaron a exigirle la verdad, entonces el joven les respondió:

-Sólo recuerdo a una linda mujer con larga cabellera a la que le prometí llevarle comida que tomo del cementerio, vi que sus pies no son normales, uno es de chivo y el otro es de pavo…

Pero mientras hablaba, el muchacho se empezó a transformar nuevamente en un macho cabrío y todos los hombres, aterrados, salieron corriendo atropelladamente de la casa y al salir se dieron cuenta que nuevamente ya estaba entrando la noche y decidieron quemar la casa.

Se hizo una enorme hoguera ante la mirada de todos, surgió entre el fuego una pareja abrazada mientras que la Xtabay gritaba: -¡Aaaaayyy… mi amor!, te llevaré con mi amo Satán, ahí viviremos felices, tu alma nos pertenece”.

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(Fotos redes sociales)

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