Enigmas: Se cumplen 21 años de la muerte del creador de la “isla de las muñecas”

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Por Jorge Moreno
Este domingo 17 es el aniversario luctuoso de una persona que en vida jamás imaginó que su labor iba a trascender a nivel mundial, don Julián Santana Barrera, creador del sitio conocido como “la isla de las muñecas”, en Xochimilco, Ciudad de México.

Más allá del verdadero motivo por el cual empezó a recopilar muñecas de medio uso y de aspecto espeluznante, lo cierto es que hoy en día es uno de los sitios más visitados y terroríficos, entre el turismo amante de estos temas e, incluso, del público en general.

Y es que el simple hecho de saber que existe una isla con más de 2 mil muñecas en exhibición puede sonar atractivo para muchos, aunque eso sí, de terror para otros más.

La tragedia

Hace 7 años visité por primera vez este lugar, y pude conocer de primera mano la verdadera historia de don Julián Santana; esto me lo platicó su sobrino y actual encargado del lugar, Anastasio Santana, quien cuenta que en los años 50’s su tío vivía en ese sitio, y a
unos metros de ahí se murió una estudiante de secundaria, que cayó al agua y se ahogó; ella estaba con un grupo de amigas, pero en lo que fueron a buscar ayuda, llegó la noche y el cadáver se quedó ahí, en la casa de don Julián, hasta la mañana siguiente.

A partir de ese momento, asegura que el alma en pena de la menor se quedó arraigada ahí y lo empezó a atormentar, por lo que alguien le sugirió que si colocaba algunas muñecas en los árboles, el alma en pena se sentiría relajada y se iría a otro sitio.

Era tanto el miedo de don Julián, que no se conformó con poner dos, cinco o diez muñecas, empezó a recolectarlas en los botes de basura, en las casas y donde fuera posible, al cabo de un año ya tenía más de cien, cinco años después ya eran más de 500… a lo largo de dos décadas, su fanatismo para seguirlas juntando le llevó a tener casi dos mil.

Cada vez más tétrico

Hasta antes de su muerte en 2001, se decía que había logrado juntar a 3 mil muñecas, muchas de ellas de aspecto espeluznante, y no
es que las escogiera con ese requisito, sino que al ser juguetes desechados por niños o sus papás, evidentemente estaban en mal estado, rotas o bien pintarrajeadas o con aspectos extraños.

Y si a eso le sumamos que la mayoría estaba a la intemperie, es lógico pensar que la lluvia, el sol, el sereno y demás, las desgastan aún más, dándoles un aspecto macabro.

Hoy en día, la familia de don Julián sigue su legado; pero más allá de los fenómenos paranormales o sugestión que pudiera generar estar en un sitio rodeado de muñecas… el aspecto turístico es lo que perdura, pues en los últimos años, gente de todo el mundo ha ido a visitar el lugar, e incluso se ha hecho una gran cantidad de reportajes y documentales internacionales sobre la isla de las muñecas.

Por eso, como un sencillo homenaje, recordamos a don Julián Santana Barrera, a 21 años de su muerte; él vivió durante toda su existencia en ese lugar, y quizás hoy, su alma en pena aún continúe ahí, cuidando a sus muñecas.

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