A un año de la tragedia de la muerte de ‘Yuyu’ y su hija, el dolor permanece

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«Ya pasó un año que te fuiste y no pudimos hacer nada, sé que nos miras con amor desde el cielo, mientras tanto nosotros aprendimos a ser felices a pesar de tu ausencia…», reza el epitafio dedicado a Andrés Flores Cauich (a) «Yuyu», quien falleciera junto con su pequeña hija Vivian A. Andrea Flores García, en brutal encontronazo ocurrido en la vía Kinchil-Celestún, el 28 de diciembre de 2017.

La tarde de viernes, la familia Flores Cauich, en especial la viuda Yajaira del Carmen García Solis, explicó que a pesar del tiempo transcurrido aún tiene a flor de piel el dolor, al ver morir a su esposo «Yuyu» y a su hijita Vivian.

«Son instantes que quiere uno borrar de su mente cada que amanece, pero es imposible, están grabados en el pecho», expresa una triste Yajaira.

Yajaira García aún tiene el dolor a flor de piel por la pérdida de su esposo y de Vivian.

Fuerte relato

«Recuerdo que fue un jueves, algunos de nuestros parientes nos decían que mejor si no viajábamos a la capital yucateca, pues el tráfico vehicular en estas fechas estaba ‘en su punto’, debido al arribazón de turistas. Sin embargo, decidimos irnos, pues sabemos que dejarlo a lo último es más ajetreado, así que Andrés y yo nos subimos al Passat junto con Vivian de 7 años, y nos fuimos a Mérida para hacer unas compras», relató.

Ese día, su otra hija, Emily de 12 años, por azahares del destino no viajó con ellos, sino que se quedó con su abuela.

«Al regreso, Andrés manejaba a velocidad moderada, platicábamos de cómo iba quedar la casa, pues traíamos en la cajuela cajas de losas para la remodelación. Al pasar el retén de Chunchucmil, la niña ya estaba durmiendo en la parte de atrás. Sabíamos que sólo faltaban unos 24 kilómetros para llegar al puerto.

«Avanzamos un kilómetro después de dicho entronque, pero una camioneta blanca rebasó a un coche, provocando que se impactará de frente contra nosotros. La reacción de mi esposo fue empujarme hacia el lado de mi ventanilla y gritó: ‘¡Les amo, cuida a las niñas!'», relató Yajaira a punto de brotarle las lágrimas.

«El estruendo hizo que se nublara todo y al reaccionar estaba en el carro hecho pedazos, viendo a mi esposo prensado y a Vivián con los pisos encima de su cabeza, quedé en shock», cuenta mientras seca sus lágrimas.

Las secuelas del trágico encontronazo también dejaron un tortuoso calvario, pues tuvo que lidiar con la seguradora de la unidad que se tuvo la culpa para que pagará los daños.

Incluso los familiares acusaron de que en ese entonces el gobierno de Rolando Zapata Bello protegió a la familia del conductor culpable, debido a que no tuvieron custodia policiaca.

Aparte sostenían que Mauricio Rodríguez Valle de 70 años, chofer de la camioneta marca Honda, CRV (Placas V88AMD) era supuesto tío del extinto Rafael Moreno Valle de quien fuera gobernador de Puebla. Esto último no pudo confirmarse, ya que las autoridades encargadas no rindieron un parte oficial.

Andrés Flores y su pequeña descansan juntos en el cementerio de Celestún.

Emotivo recuerdo

Por otra parte, el pasado viernes, allegados de la familia realizaron un rosario en una vivienda de la calle 12 de este municipio costero, el cual finalizó a las 6 de la tarde; hora en que murieron los dos integrantes de la estimada familia. Esa misma mañana hubo una misa por el primer aniversario luctuoso de los fallecidos.

Asimismo, al mediodía del sábado, los equipos Pulperos de Celestún y los Jamaiquinos de Hunucmá, jugaron un duelo amistoso en el campo porteño «Omario Gómez Chacón».

Ambas escuadras rindieron un juego y homenaje para recordar al gran bateador «Yuyu».

Asimismo, la jovencita Emily develó la placa de su difunto padre, cuyos amigos del rey de los deportes le mandaron a hacer; los aplausos y lágrimas no se hicieron esperar.

Emily fue la encargada de desvelar la placa en honor a su papá en el campo de béisbol del puerto.
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