Juez describió los actos como una «crueldad atroz, la espantosa conducta de la acusada
SINGAPUR.- Una mujer fue acusada de golpear, no darle comida y asesinar a su empleada doméstica de 24 años en este país.
La acusada fue condenada a 30 años de cárcel este martes por un juez, que describió el caso como «uno de los peores tipos de homicidio voluntario».
El juez See Kee Oon criticó la «crueldad atroz de la espantosa conducta de la acusada» y decidió condenar a Gaiyathiri Murugayan, una singapurense de 41 años, a una larga pena de prisión.
La víctima fue identificada como Piang Ngaih Don, una joven oriunda de Birmania de 24 años, que fue agredida violentamente por su “patrona” diariamente y cuyos ataques fueron grabados por las cámaras de vigilancia colocadas en la vivienda.
La joven fue pisoteada, estrangulada, asfixiada, golpeada con escobas y quemada con una plancha, según los video aportados en el juicio.
Lamentablemente la víctima murió en julio de 2016, tras haber sufrido ataques durante horas, lo cual dio lugar al arresto de su “patrona”.
En febrero, la agresora se declaró culpable de 28 cargos, incluyendo el de homicidio voluntario.
Este martes, la acusada compareció ante el tribunal con gafas y mascarilla negra. Permaneció sentada en silencio, con los ojos cerradas, e inclinó la cabeza cuando el juez dictó sentencia.
A pesar de la crueldad de sus actos, el juez tuvo en cuenta que la acusada padecía un trastorno obsesivo-compulsivo y depresión desde que dio a luz y por ello no ordenó cadena perpetua, una pena que no habría sido «ni justa ni adecuada».
Empleada doméstica
Piang Ngaih Don fue contratada en 2015 por Gaiyathiri Murugayan y su esposo, un policía, para cuidar a sus hijos, una niña de cuatro años y un niño de un año.
La joven birmana solo tenía derecho a dormir unas cinco horas por noche, y debía ducharse e ir al lavabo dejando la puerta abierta.
Estaba mal alimentada y cuando murió solo pesaba 24 kilos.
