Ya pasaron casi 4 años de la terrible muerte de la niña Paloma G.T., quien apenas tenía 10 años de edad cuando su madre, de origen francés, la asesinó, la descuartizó y quemó sus restos, en Cancún.
A la fecha, la mujer sigue prófuga, y la última vez que se le vio fue en Guadalajara. Las autoridades alertan a la población en general pues esta mujer, de nombre Catherine Tarin, es considerada extremadamente peligrosa, y no se descarta que pueda lesionar a más personas.
Este caso se descubrió en noviembre de 2017. Los vecinos de la mujer avisaron a uno de los hijos mayores de ésta, informándole que llevaban días sin ver a la niña Paloma, y la mamá se veía muy tranquila.
El hijo se comunicó con su mamá y ésta le dijo con respecto a la menor, que era media hermana del joven, que la dio de baja de la escuela para mandarla con otro de sus hermanos a Amsterdan, Países Bajos.
Sin embargo, el primero llamó a su consanguíneo en Europa y éste le dijo que desde hacía 6 meses no sabía nada de su mamá ni de su hermanita.
Entonces la mamá dio otra versión, que había dado en adopción a la niña porque no la podía mantener, pero se negó a dar algún teléfono para localizar a la familia que se habría hecho cargo de ella, y luego cambió la versión de nuevo, diciendo que había muerto de cáncer cerebral.
El medio hermano de la menor vio todo muy sospechoso, así que fue a casa de su madre, y al entrar la encontró bailando. Cuando el joven le pidió los documentos que acreditaran la muerte de la niña, la extranjera dijo que los había quemado.
Se interpuso la denuncia correspondiente, y el cadáver de la niña fue encontrado días más tarde en un parque de Cancún. Estaba descuartizado, y se le había quemado con algún líquido corrosivo. Iniciaron las investigaciones, primero como obra del crimen organizado, lo cual permitió que Catherine Tarin escapara.
En 2019 se emitió la orden de aprehensión en su contra, pero aún no ha sido localizada, y el crimen de la pequeña Paloma a manos de su propia madre sigue impune.
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