“Panaderito” Ek, una vida entre el boxeo y los hornos

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El boxeo y la panadería han sido parte de su formación de vida. Hoy, dedicado de tiempo completo a la masa que endulza muchos hogares en Mérida, Omar “Panaderito” Ek charló con De Peso sobre su labor y su futuro en el deporte, del cual no descartó retornar en el presente calendario para decir adiós de manera definitiva.

Desde su trinchera, la panadería “San José” en la colonia Canto en la capital yucateca, el púgil abrió las puertas de su negocio, donde platicó sobre su jornada diaria, del cómo hoy, en el famoso “Día de Reyes”, su labor se incrementa, así cómo sobre lo que ha pasado con su vida deportiva y personal.

Con 14 años de experiencia como tahonero, Omar, de 27 años de edad, todo un experto en la materia, está casado con Karen Sarabia, con quien procreó cinco hijos, los cuales ha educado gracias a su entrega en la chamba y, por supuesto, en el deporte.

Omar recordó que dejando la secundaria entró a trabajar a la panadería que más tarde combinaría con el boxeo, donde duró nueve años y llegó, expresó “a raíz de un compañero (Wilberth Can, qepd), que me conoció y me dijo que me dedicara a un deporte para no andar en malos pasos”. Es así como pisó el Polifórum Zamná, cayendo en manos del mánager Jorge Cano, iniciando con ello su trayectoria pugilística.

Su última pelea fue el 27 de septiembre de 2014 ante Ulises “Condorito” Martín en el local de la CTM.

¿Por qué dejaste el boxeo?, le preguntamos a Omar, quien respondió: “Surgieron problemas familiares, falleció mi mamá (Reynalda Ku) y el papá de mi esposa (Pedro Sarabia), y se nos quedó el negocio, y fue que definitivamente opté por dedicarme a la panadería y dejar a un lado el deporte, que me cuesta un poco olvidarlo, pues es algo que fue parte de mi vida. Ahora ya tengo hijos, sería complicado regresar, pero si fuera por mí, volvería a ‘calzarme` los guantes”, externó.

Su suegro, fundador de la panadería “San José” en la colonia Canto, le dejó un legado importante y hoy, en el día de las roscas de reyes, describió: “La rosca de reyes es algo completamente diferente, son días especiales que nos tenemos que dedicar al 100 por ciento, es otro tipo de proceso”.

Dentro de su repertorio de panes, dijo que cualquiera es rico, pero tiene un cariño especial por el nombrado “chili-trenza”, la cual a sus hijos les fascina y está hecho con un relleno que nadie debe dudar en probar.

Pero por su mente no deja de pasar el deporte de los puños, el cual “extraño mucho, el boxeo es algo que desde que sabes que llegas al gimnasio, el subir al ring, dar todo lo que uno tiene, ver que los fanáticos disfrutan de la pelea, es algo que no tiene comparación, es fantástico”, comentó emocionado mientras preparaba masa para las demandadas roscas.

No dejó pasar el recuerdo del día que lo bautizaron con el apodo que hasta hoy se le conoce. “Me quitaba de acá y me iba al gimnasio a entrenar, no faltó uno de ellos, por ejemplo José ‘Relámpago’ Torres, que descubrió que al sacar mis vendas del bulto (mochila) traía tres barras de pan y empezaron a bromear y a interrogarme hasta que se dieron cuenta que trabajaba como panadero y empezaron a decirme varios apodos”.

No duda en regresar el pugilismo para finalizar su trayectoria profesional, pero espera que el 2019 corra para decidir ese camino.

Señaló que entre sus mejores peleas fue la celebrada el 6 de julio de 2012, ante José María Segovia, en la que perdió por apretada decisión en el Complejo Deportivo La Inalámbrica.

(Info: Félix Zapata/Fotos: Viko)

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