Deportes como el boxeo y el béisbol son algunas de disciplinas que han dado glorias al estado. Sin embargo, no sólo las medallas o campeonatos trascienden la historia del deporte yucateco, sino también la tragedia y misteriosas desapariciones.
La más reciente es la del ex boxeador Vladimir Ravell González, conocido en el ring profesional como “El Asesino”.
Todo comenzó con un llamado de los familiares de expugilista para ayudar a localizarlo después de que la última vez que lo vieron fue el 5 de mayos por rumbo del fraccionamiento Mulsay.
Luego, al no tener noticias suyas, y después de hacer una investigación, sus familiares averiguaron que el ex boxeador fue detenido por escandalizar y personal de la Secretaría de Seguridad Pública lo liberó unas horas después.
La tragedia ocurrió días después, cuando autoridades hallaron su cadáver en el basurero del adyacente municipio de Kanasín.
Pero este no es el único caso. En De Peso recopilamos otras historias que valen la pena tener vigentes.
En abril de 2017, informamos de la desaparición de José Francisco Osorio Suaste, un luchador local conocido en el ambiente como Rayo Celeste.
Gabriela y Javier, hijos del gladiador de 60 años de edad, levantaron una denuncia (C.I UE / 125 / 2017) en el que explicaron que su “jefe” se perdió el 1 de abril de ese año en la madrugada en el periférico meridano a la altura del entronque a Tixcacal Opichén.
Osorio Suaste vestía una bermuda color rojo (vino), gorra roja, tenis y playera negra cuando se extravió. Sus hijos dejaron el número 9991 49 96 59 para cualquier dato que ayude a encontrar a su padre, un luchador que se distinguió por sus estelares en el desaparecido Deportivo San Juan, donde alternó con elementos nacionales.
Para febrero de 2019 reportamos la desaparición del esgrimista de 24 años de edad, Jorge Alejandro Cocom Rivera (foto principal) quien fuera visto por última ocasión el 7 de febrero a la medianoche en su casa de la colonia Morelos Oriente.
El deportista ayudaba al entrenamiento del equipo de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) de esa disciplina.
Susana Cocom Rivera, su hermana, asegura que no llevó consigo ningún objeto personal; ni cartera, ni celular, ni ropa. Además, su madre lo ha tratado de localizar en hospitales, centros de detención, incluso en el hospital psiquiátrico.
Por Félix Zapata
