Redacción De Peso
MÉRIDA, Yuc.- Se paró por un pollito y terminó con la nave quemada. Y es que a Julio César le agarró el hambre cuando andaba por la colonia Plan de Ayala Sur, así que se le hizo muy fácil detenerse para comprar su almuerzo; lo último que se imaginó fue que su carro se rostizaría, justo como el taco que pensaba echarse.
Julio César Gómez manejaba el Renault Scenic con placas ZAD623B, sobre la calle 52 entre 50-B y 50-C de la citada colonia, cuando de pronto sintió el olor de unos sabrosos pollos asados y el hambre se le despertó, así que estacionó su carro y se bajó a comprar uno.
Todo estaba a todo dar hasta que miró su nave y se dio cuenta de que salía humo de la parte delantera; las llamas comenzaron a salir por debajo del capirote. Los transeúntes y él intentaron apagar la candela mientras que alguien llamaba a los bomberos.
