Quieren vender tierras «bajo el agua»

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Campesinos de Timucuy no se duermen y denunciaron que sus autoridades quieren hacerles madruguete con 500 hectáreas del ejido.

Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Un grupo de ejidatarios de Timucuy está encabritado porque sus autoridades pretenden vender a la malagueña 500 hectáreas de sus tierras a un comprador misterioso (suponen que es un ex supervisor de la Procuraduría Agraria), que sabe que por el lugar atravesaría un contemplado segundo periférico y se asentarían importantes industrias.

Entregaron un escrito en la delegación de la Procuraduría Agraria, en la que dan a conocer su inconformidad y exponen con pelos y señales las transas, para que esta instancia intervenga y ponga un alto a este abuso.

En primer lugar, mencionan que el comisario ejidal William del Carmen Cat Canché, un grupo de ejidatarios y otros ex comisarios, incluso el ex presidente municipal Misael Chan Yam, pretenden hacer de las suyas, promoviendo la venta de las tierras de los 609 ejidatarios, viudas y sucesores, del ejido de Timucuy.

Indicaron que han estado llevando a cabo reuniones para tomar acuerdos entre ellos y a la que asiste el supuesto comprador.

El 17 de diciembre emitieron una primera convocatoria de asamblea, donde estuvo el visitador agrario José Castillo, a la que asistieron 200 ejidatarios y donde sólo contestaron el pase de lista 42 asistentes, situación que invalidó la asamblea.

En la asamblea, el comprador ofreció 30 mil pesos por hectárea en tres pagos, de lo cual nada más se le daría 24 mil pesos a cada ejidatario.

Los inconformes señalaron que conocen las mañas del comprador, pues hizo lo mismo en el ejido de Chablekal, donde tuvo problemas de incumplimiento de pago.

Expresaron que si vende, lo harían en 80 ó 100 mil pesos por hectárea, no la ridícula cantidad que está ofreciendo el especulador que con sus compinches de la comunidad se embolsarían millones de pesos.

Alertaron a las autoridades que esas personas están presionando a los ejidatarios, de uno en uno, para que firmen que están de acuerdo con la venta de las tierras, aprovechando que no saben leer y escribir y que creen que si hay una venta serán relegados.

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