Tras el hallazgo de ocho cuerpos en estado de descomposición en terrenos de un rancho de Chikindzonot, la comunidad, de tradición maya-hablante, no durmió tranquila el sábado pasado y se despertó el domingo con el amargo sabor de boca de que en su territorio aparecieron los cuerpos de personas ejecutadas.
Si bien es cierto que los asesinatos no se realizaron en Yucatán y que las investigaciones de las autoridades policiacas y ministeriales indican que los ahora occisos fueron “levantados” en la población de Xcalak, en territorio vecino, ejecutados por esa zona y sólo “tirados” en Chikindzonot, el temor entre los pobladores no es menor.
Sin dar sus nombres por obvias razones, se interrogó a varias personas de Chikindzonot y la constante fue: “Tenemos miedo de que los narcos lleguen aquí y rompan nuestra tranquilidad”.
La comunidad de Chikindzonot no escapa de las penurias de los pueblos mayas: pobreza, racismo, injusticias y abandono de las autoridades, pero, en términos generales, es un pueblo bastante pacífico.
Las riñas que se registran, robos y pleitos entre familias, son por causa de drogas y alcohol, pero no hay conexión directa o probada con grupos de narcos de alta capacidad operativa y de violencia.
Pues bien, los habitantes de Chikindzonot ya andan con cierto temor de que lo ocurrido el sábado se repita, por lo que demandaron a las autoridades gubernamentales y policiacas seguridad y más patrullajes.
“No es nada agradable que te enteres que nos dejaron tirados siete u ocho cadáveres, todos asesinados por narcotraficantes de Quintana Roo”, dijo un comerciante de esta comunidad.
Por su parte, Ana, ama de casa, dijo que se enteró del caso ya por la tarde. Agregó que siente temor que grupos del crimen organizado empiecen a hacer “visitas” a esta población, sobre todo que es frontera con Quintana Roo y que, en lugar de dejar cadáveres, comiencen los “levantones” y las ejecuciones.
En tanto, Mario expresó que entre los pobladores saben quiénes son las personas que venden droga y alcohol de manera clandestina. “Pero son todavía de poca monta, sólo le venden a los maleantes y a los vagos de esta población. No son todavía de ‘grandes ligas’”, manifestó.
