PROGRESO, Yucatán.- Terrenos baldíos y casas abandonadas en Progreso y sus demarcaciones se han convertido, ahora más que nunca, en puntos de reunión para decenas de adictos a bebidas embriagantes que aprovechan la venta en clandestinos ante la “ley seca” que prevalece.
De acuerdo con vecinos, desde temprano y durante la mayor parte del día, en esos predios se reúnen grupos de hasta 10 personas a consumir bebidas embriagantes.
Los colonos señalaron su preocupación, ya que esos sitios son peligrosos para quienes viven en los alrededores, y ahora, en medio de la contingencia por el coronaviris, pueden ser focos de contagio.
Lo anterior, debido a que las personas no guardan la distancia mínima e incluso comparten la bebida de la botella, aumentando con ello la posibilidad de que si alguno enferma de coronavirus se desaten los contagios.
Se estima que solo en la cabecera municipal existan más de 200 predios en condiciones para poder ser usados de esta manera, sin embargo, entre el 65 por ciento y 70 por ciento se cree que es usado para dichos fines, mismos que al ser propiedad privada difícilmente pueden ser atendidos por las autoridades, salvo en espacios en evidente abandono, donde se pueda observar actividad de esta naturaleza.
