La joven Rosa Diana fue asesinada por su novio en diciembre de 2010 en el Estado de México. El papá de la muchacha, don José Diego Suárez, se enfrentó a la burocracia de la justicia mexicana y al no tener dinero para pagar apoyo legal, él mismo se puso a estudiar leyes.
Finalmente, luego de 10 años, logró que el criminal fuera encarcelado y sentenciado a 67 años de cárcel. Literalmente, don José Diego hizo justicia por su cuenta.
Rosa Diana era novia de un tal Gilberto N., en Atizapán, en el Estado de México, y constantemente tenían discusiones. Ese sujeto le quitaba el teléfono para revisárselo, la celaba la agredía físicamente y llegó a amenazar con matarla.
Cuando la joven pedía apoyo a las autoridades, le salían con que no se podía hacer nada porque era “pleito de novios”, a pesar de las amenazas de muerte nunca se le brindó protección, y finalmente, el 31 de diciembre de 2010, Gilberto mató a Rosa Diana de 16 cuchilladas.
Don José Diego inició el pleito para meter a la cárcel a ese tipo, pero se topó de frente no sólo con la burocracia de la justicia mexicana, sino también con la falta de recursos para tener asesoría legal particular. Sin embargo, decidido a hacer justicia, se la pasó años estudiando leyes, el código penal, el civil, la ley de amparos, entre otros, y 9 años después él mismo presentó 350 escritos junto con su denuncia, se enfrentó a seis apelaciones, y finalmente consiguió que el asesino de su hija fuera sentenciado a 67 años de prisión.
