Con trabajo podía decir su nombre el tal Abraham de tan ebrio que estaba.
Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- Destrozos al por mayor ocasionó ayer por la tarde Abraham Valadez Franco, de 28 años de edad, pues cuando conducía su automóvil por calles de la colonia Jesús Carranza, como lo hacía bastante pasado de trago, en el cruce de las calle 36 entre 19 y 21 se apepitó al volante y le pegó soberbio trancazo a un Mustang, para luego quedar de cabeza. Para terminarla de amolar, debido al trancazo, el Mustang se aporreó contra una camioneta y la mandó a la goma.
Tres naves, incluida la de él, quedaron bien dadas al catre. De tan briago que estaba no pudo siquiera decir qué fue lo que le ocurrió: si fue el clásico elefante rosa u otra cosa, que comúnmente inventan los borrachos, cuando riegan la sopa de tal manera.
Eso sí, de plano, este cuate no se libró de chupar bote, pues a pesar de que su nave contaba con seguro, por el estado etílico en que conducía, a fuerza tuvo que ser trasladado al bote, en espera del informe pericial de lo sucedido.
Según testigos de los hechos, Abraham conducía el Suzuki SX4 placas YWN990A sobre la calle 36 con dirección al sur; apenas atravesó el cruce de la 19 se orilló de más a su derecha y se aporreó brutalmente contra el Mustang placas ZAD305B, estacionado a las puertas del predio del propietario.
El fuerte impacto ocasionó que el auto deportivo le pegara a la camioneta Town&Country placas ZAU5639, estacionada justo detrás del Mustang.
La camioneta terminó como a 60 metros de donde estaba parqueada, obviamente bien tronada del frente. Además, el Suzuki de Abraham volcó con las cuatro llantas al aire y atravesado a media calle.
Milagrosamente, Abraham llevaba puesto el cinturón de seguridad, por lo que al final no sufrió lesiones y aunque con ayuda de algunos vecinos salió sin problema del interior de su nave, paramédicos de la SSP y elementos de bomberos arribaron de volada al sitio para atender la emergencia.
Asimismo, agentes del Sector Oriente acordonaron el área en espera de un perito de tránsito, que al final se hizo cargo de lo sucedido.
