Julio Armando C. P., de 38 años de edad y bebedor consuetudinario, decidió quitarse la vida en su domicilio en la comisaría vallisoletana de Popolná, con lo que se sumó a la lista de personas que se privan de la vida en Yucatán.
Este es cuando menos la muerte autoinfligida número 200 que ocurre en la entidad en lo que va de 2018.
Las estadísticas de este período son similares a las de 2016, año en el que se llegó a la cifra récord de 227 suicidios en Yucatán. Lo que ha llamado la atención de las autoridades de salud mental es que en las últimas semanas, el rango de edades de los suicidas va de los 20 a los 32 años de edad.
Yucatán terminó el 2017 con 180 suicidios de los cuales 149 fueron por ahorcamiento, 14 por envenenamiento y 12 por otras causas, por lo que en lo que va de 2018 ya se superó esa cifra y aún faltan casi 45 días para que concluya este período.
En este nuevo caso, el occiso fue identificado como Julio Armando C. P., por su señora madre Gaudelia P. C., de 75 años, quien declaró al Ministerio Público que poco antes de las cuatro de la madrugada despertó y vio a su hijo alcoholizado y deba vueltas a la humilde vivienda, pero no le dio importancia.
Sin embargo, una hora después, la señora salió al patio para ir a realizar sus necesidades fisiológicas y encontró a Julio Armando ahorcado en un árbol de toronja, de modo que pidió ayuda a sus familiares para descolgar el cuerpo y solicitar los servicios de emergencia.
En minutos llegaron paramédicos, pero éstos solo pudieron confirmar que el individuo había muerto.
Personal del Ministerio Público y Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado, con base en Valladolid, se presentó a efectuar el levantamiento del cadáver.
La autopsia realizada por el Servicio Médico Forense confirmó que la causa de la muerte fue asfixia por suspensión.
