Rollo: Celia Franco; foto: Jorge Pallota
Hay quienes nacieron con el don de gente, son aquellos quienes tienen la facilidad de tratar con cualquiera y hacerlos sentir bien, además es un hombre educado y muy amable. Un político nato todo terreno, de esos que no fáciles de encontrar. Ese es Kirbey Herrera Chap.
Impecable y oloroso como siempre, recibió al equipo de De Peso en sus oficinas. Ahora está al frente de una de las instituciones más nobles del Gobierno estatal, el Instituto de Educación para Adultos del Estado de Yucatán (IEAEY) y como lo hace en cada una de las labores en las que se desempeña, se ha comprometido al máximo.
Es tan fácil platicar con él que los minutos pasan volando, las risas y las anécdotas llegan unas tras otras y Kirbey disfruta cada una de ellas, muchas son de su familia, siempre tiene presente a sus padres, hermano y sobrinos, son uno de sus pilares, la mitad de su vida, esa que le da seguridad.
Es un hombre sencillo con una gran visión del escenario político actual y mucha paciencia, sabe que es mejor llegar con seguridad que con seguridad no llegar, uno de sus sueños es seguir escalando en el servicio público, tiene todo para hacerlo ya que es de los pocos que tiene un gran poder de convocatoria y no le teme al trabajo.
Maestro de profesión, pero un gran aprendiz de la vida; una de sus más grandes experiencias es haber sido regidor, pues le abrió las expectativas para ver el servicio público como una carrera en la que siempre es posible seguir creciendo.
Con 23 años de militancia en el PAN, ni siquiera le pasa por la mente cambiarse de color, la pasión que pone en cada una de las cosas que hace lo ayuda a mantenerse en pie con optimismo.
¿Cama o hamaca?
Muy decidido respondió: ambas, pero últimamente más cama, se disfruta más (risas).
¿Comida y postre favoritos?
Queso relleno y, de postre, panes y pasteles; soy muy dulcero. ¿Me quieres envenenar? hazlo con chocolate.
¿Algún personaje que admire?
¡Way! (hizo silencio unos segundos) admiro mucho a los héroes de la Independencia, sobre todo a Miguel Hidalgo y Costilla, me gusta la parte de la Independencia por el sentido de la libertad, tiene mucho simbolismo. Él era un sacerdote, yo soy católico creyente y practicante, eso me parece muy místico.
¿Frase que con la que se identifique?
Sonrió y luego de un breve silencio: solo está vencido o derrotado aquel que ha dejado de luchar.
¿Cuándo era niño que quería ser de grande?
La expresión en sus ojos cambió, recordó con nostalgia, mientras se hacía para adelante, jugando sus dedos: ¡Uy! Quería ser tres cosas: doctor, maestro y de niño tengo una experiencia porque yo viví en la colonia María Luisa, donde las calles no estaban petrolizadas, entonces yo le decía a mi papá: papi, cuando sea grande yo voy a hacer carreteras. Y, heme aquí, en el servicio público.
Si pudiera tener un súper poder, ¿cuál elegiría?
Leer la mente de los demás (risas), así podría antecederme para tomar decisiones. No para hacer maldades, para eso no necesito leerlas (lo dijo en broma mientras soltó una carcajada).
¿Es muy noviero?
Mmm… no tanto, considero que me ilusiono muy rápido, pero ya estoy aprendido a manejar esa parte, a no ver fantasías donde no las hay.
¿Mejor virtud?
¡Uy! Creo que mi creatividad y mi perseverancia.
¿Peor defecto?
Creo que la parte de querer ayudar (hizo una pausa para buscar las palabras precisas) pero que me hace meterme en situaciones que no me corresponden.
¿Qué es lo que más le molesta?
La falta de lealtad de la gente, no con una persona sino con un proyecto, eso denota que no tienen compromiso. Yo trato de hacer equipo a donde sea que vaya y siempre les digo que es necesario hacer las cosas con mucha pasión y atención a los detalles para que se vea la diferencia.
¿Arriba o abajo?
Varía (carcajadas), ambas.
