Miguel Ángel A.A., con la complicidad de su hija, Patricia Beatriz A.R., mantuvo encerrada a una menor de 11 años, durante una noche, para hacerla víctima de múltiples ataques sexuales por parte del sujeto.
Luego abandonaron a la niña en su casa a punto de morir y se dieron a la fuga, pues sabían que ya la estaban buscando.
Por tal motivo, se ejecutó una orden de aprehensión en su contra y fueron puestos a disposición del juez de control de Tekax, Manuel Soberanis Ramírez, quien los imputó por el delito de violación equiparada agravada (4), que denunció L.A.I.G. en agravio de su hija menor de edad.
En la audiencia, se realizó la formulación de imputación en contra de la pareja, exponiéndose los datos de prueba para sustentarla.
Se solicitó que se resuelva su situación jurídica dentro del plazo de 144 horas, fijándose la continuación de la audiencia inicial para el 7 de mayo.
Soberanis Ramírez les impuso la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa por todo el tiempo que dure el proceso.
Los hechos
El 7 de abril, aproximadamente a las 23:20 horas, la menor de 11 años, con consentimiento del ahora procesado ingresó al terreno en el que aquél habita y tiene su casa, ubicado en la colonia Obrera de Ticul, para buscar una pelota con la cual se encontraba jugando en la calle momentos antes.
Esto fue aprovechado por el tipo que la sujetó del brazo por la fuerza y, utilizando amenazas, logró meterla al interior de su casa, en donde con la ayuda de su hija Patricia Beatriz retuvo a la menor sin su consentimiento.
Entre los dos la mantuvieron cautiva en ese lugar hasta las 6:30 de la mañana del 8 de abril, hora aproximada en la que los familiares de la menor sospecharon dónde se encontraba y dieron con su paradero, logrando llevarla hasta su casa, pues estaba muy mal.
Mientras tanto, los agresores ya se habían retirado de su domicilio, pues sabían que podrían buscar a la niña en su casa.
Durante ese tiempo, la menor fue agredida sexualmente en tres momentos distintos, ya que Miguel Ángel, con el apoyo de su hija, cometió el ilícito ejerciendo violencia física y moral.
Todo se dio, al parecer, porque la joven mujer, también había sido víctima de la violencia sexual de su padre que ejercía sobre ella y, cansada de los ataques, no le importó que una inocente fuera la que tendría que padecer el mismo infierno.
