Redacción/De Peso
MÉRIDA, Yucatán.- A don Emilio Jiménez se le subieron las canicas a la garganta luego de descubrir con espanto que los frenos de su nave Neón fallaron, y lo peor, que estaba jalando sobre la transitada avenida Itzaes, bien cerquita del inicio de la avenida Jacinto Canek.
Al ver que iba a chocar con los autos que tenía adelante, volanteó a la derecha para orillarse a la banqueta, pero en vez de ello se subió a ésta y se reventó contra los cristales del frente del establecimiento «Kromasol».
Por fortuna en dicha área donde se metió don Emilio no había ninguna persona en ese momento.
El guiador y su familia resultaron ilesos pero con un gran susto, que nadie les quitará.
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