Redacción De Peso
PETO, Yuc.- La calaca rondaba el barrio y decidió “enganchar” a Cirilo Acosta, de 75 años, un pensionado que vivía solo y tenía problemas respiratorios.
Pasaba la media noche, los vecinos escucharon los gritos de don Cirilo, rápidamente entraron a su casa y vieron al don tirado en el piso, aunque lo trataron de auxiliar y algunos decían que era mejor trasladarlo al centro de salud, se dieron cuenta que había felpado.
Al dar parte a las autoridades, arribaron varias patrullas, acordonaron el área y buscaron a los hijos del occiso, que viven en Mérida. Durante la madrugada, los familiares llegaron para dar el último adiós a don Cirilo y darle cristiana sepultura, después de que un médico certificó la muerte.
Los vecinos dijeron que en las últimas semanas la salud de Cirilo se estaba deteriorando y no aceptaba ir a vivir con sus hijos. Decía que estaba feliz solito, contento en su casa. Siempre mencionaba que iba morir donde creció a sus hijos… y así fue.
