La noche del domingo, último día de fiesta en el municipio de Seyé, la casa de la familia N. se volvió un verdadero espacio de terror debido a que un grupo de vándalos les apedreó el predio de la calle 22 entre 29 y 31 de la colonia San José donde viven, causando cuantiosos daños materiales y poniendo en riesgo la vida de menores de edad.
«Ricardo N», uno de los hijos de las familias que habitan el predio, se encontraba comprando una alcancía de barro en uno de los puestos que se instalaron frente a la iglesia en el último día de fiesta de Seyé cuando, según explicó, un grupo de jovencitos comenzó a insultarlo, y como él estaba acompañado de su familia, prefirió retirarse pero estos lo siguieron y se liaron a golpes.
«Como eran puros chamaquitos no les respondí como debía ser, pero no se calmaban y entonces se metieron sus papás, uno que conozco como ‘Colí’ y otras personas que son familiares de los chavitos, entre todos me lesionaron pero de todas formas mejor me fui para mi casa porque vi que no llegaron policías a pesar de que estábamos en la plaza principal», señaló el afectado.
Como pensó que todo terminó ahí, llego a su casa y todos se dispusieron a dormir pero a las once de la noche aproximadamente, los jovencitos que, según dicen testigos, no rebasan los dieciséis años de edad, llegaron en grupo con sus papás y comenzaron a apedrear la casa.
La cuñada de «Ricardo N» que vive en un cuarto dentro del mismo terreno dijo que al escuchar gritos e insultos se levantó a ver qué pasaba y en ese momento comenzaron a llover piedras y varias de ellas rompieron la ventana de su cuarto.
«No sé cómo reaccioné y alzé a mi bebé de cinco años, que dormía en su hamaca, cuando de pronto una piedra grande cayó en dicha hamaca y pedazos de cristal se clavaron entre los hilos de la misma, y si no lo hubiera alzado seguro el niño estaría lastimado o muerto», señaló la afectada.
A «Ricardo N» le causaron una herida punzocortante en el pecho, dice que no se dio cuenta con qué se la hicieron.
Un vecino de las víctimas, al percatarse del ataque con piedras, declaró: «llamamos a la policía municipal, pero no llegaron, dijeron que nada podían hacer; una vez que terminó el pleito, cuando todavía se iban los vándalos entonces sí vinieron (los policías) y hasta se cruzaron en el camino con ellos pero no les hicieron nada, solo se metieron a la casa apedreada y tomaron fotos, y repetían que ellos no pueden hacer nada».
La familia refiere que llamó al 911 y les decían que ya iba una patrulla en camino, pero nunca llegó.
Motos, carros, ventanas, rejas y hasta juguetes de los niños fueron dañados por la andanada de rocas que convirtieron una noche de descanso en una noche de terror para la familia N.
Se supo que este lunes interpondrían una denuncia ante la Fiscalía del Estado por los daños que, se calcula, ascienden a miles de pesos.
