El exceso de velocidad y la falta de pericia (en otras palabras, el estar medio distraído) fueron clave para que el guiador de un Toyota Yaris terminara con su nave volcada, a la altura del kilómetro 30 del carril exterior del anillo periférico de Mérida, accidente que, para su fortuna, no le dejó lesión alguna.
Varias personas pegaron el grito al cielo al ver el aparatoso accidente que generó el guiador del Yaris con placas ZAR-445-B. Todo mundo pensó que habría terminado seriamente lesionado, pero “never de limón”, pues el conductor no sólo no presentó lesiones de gravedad, sino que hasta pudo salir por su propio pie del auto volcado.
Según narró él a agentes de la SSP, transitaba sobre dicha vía cuando inesperadamente se topó de frente con un auto estacionado, cuyo guiador habría chocado con otro auto momentos antes.
Lo malo del asunto fue que el guiador del Yaris reaccionó demasiado tarde y volanteó cuando ya estaba prácticamente sobre ese vehículo, así que alcanzó a darle leve golpe y después volcó.
El Yaris se arrastró al menos unos cinco metros de cabeza hasta que acabó a media vía.
Finalmente todo quedó en manos de las respectivas aseguradoras.
