Rollo: Ambrosio Gutiérrez Pérez
Desde la campaña electoral el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el propio Andrés Manuel López Obrador recibieron duras críticas por la coalición, estratégica pero no menos oportunista, con partidos como del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES).
El primero, es decir, el PT, por ser siglas regenteadas durante años, sin pudor alguno, por Alberto Anaya y un grupo de vivales; el segundo, o sea, el PES, por su tendencia de derecha (de ultraderecha decían algunas críticas). ¿Cómo es posible se preguntaban que López Obrador, cuya bandera principal es la lucha contra la corrupción y su lema ha sido siempre primero los pobres, haga alianza con un partido corrupto y con otro partido alejado de los postulados de la izquierda?
Y sin embargo, la Coalición Juntos Haremos Historia caminó conel registro del Instituto Nacional Electoral y ganó. El PT, bajo el cobijo de López Obrador, tiene hoy un importante número de legisladores y otras posiciones que le dan representatividad e importancia; igual el PES, aunque haya perdido el registro.
Los morenistas puros aclaraban que se trataba de una coalición estratégica para la elección presidencial y punto. Aunque ya en el gobierno, como lo hemos visto, Morena no ha tenido pudor en recurrir a los votos de esos partidos que lo apoyaron, incluso al PRI (este día con votos del priistas en el Senado logró la aprobación de la jurista Yazmín Esquivel como ministra de la Suprema Corte) y algo peor: sumó al Partido Verde, saltibanqui por excelencia, parte oscura de nuestra democracia partidista, corrupto y corruptor de procesos electorales y elecciones.
Pues bien. La volvió a hacer. El INE aprobó el registro del convenio de coalición Juntos Haremos Historia en Puebla, integrado por Morena, PT y Verde. Además, concretó una coalición parcial de los tres con el PES para contender por los ayuntamientos poblanos, tres, en donde se anularon los comicios de julio pasado.
Ya no se trata de la urgencia que decían, incluso de la incertidumbre de la campaña presidencial pues, pese a la ventaja que daban las encuestas a López Obrador, no se tenía certeza de que el PRI-gobierno respetara los resultados. Ahora, en Puebla, sólo es el regocijo de una coalición con los “socios” oscuros y perversos. No había, no hay necesidad de coalición. Según todas las encuestas, ahí Morena gana incluso tres a uno al Partido Acción Nacional, su más cercano contendiente.
¿La moralidad que pregona el presidente López Obrador no alcanza a su partido Morena? ¿De lo que se trata es sólo de ganar elecciones para tener el poder y sus beneficios, como ocurría anteriormente? ¿Son decisiones de YeidckolPolevnsky la presidenta de Morena, sin conocimiento de López Obrador? Alguien tiene que aclarar qué pasa.
Rendijas
—Manuel Bonilla, el dirigente del Sindicato Corazón Valiente del Ayuntamiento de Campeche, tendrá que afrontar una asonada más dentro de sus filas, pues un grupo de trabajadores abordaron al dirigente del Sindicato de los Poderes, José del Carmen Urueta Moha, para pedirle convoque a una reunión y cambiar a su líder.
Urueta Moha, muy Institucional, les respondió que la reunión se hará la semana próxima pues son los trabajadores sindicalizados quienes tienen la palabra, y si ellos quieren renovar su dirigencia están en todo su derecho. ¿Será?
¿No habrá ninguna mano azul que esté moviendo esa cuna?
