Rollo: Ambrosio Gutiérrez Pérez
No parece haber un solo campechano que no esté de acuerdo con la petición a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de reducir las tarifas por consumo de energía eléctrica, aunque el consenso avanza para sustituir la palabra “petición” por la de “exigencia”.
Así lo hicieron, con mucho valor, determinación y una buena dosis de valemadrismo, nuestros vecinos tabasqueños. Como dicen por allá, y por acá, se “montaron en su macho” y dejaron de pagar el consumo de energía eléctrica hasta que, también con un poco de suerte, llegó a la Presidencia su paisano López Obrador y les condonó una deuda que ya rondaba los 11 mil millones de pesos y, como pilón, les otorgó la tarifa más barata del país.
Las condiciones climáticas, las temperaturas altísimas de más de 40 grados en algunos días, nos obligan a usar consuetudinariamente climas artificiales, ventiladores, más agua, y en general más energía eléctrica, como lo hacían y lo hacen los tabasqueños. La única diferencia es que nosotros los campechanos seguimos pagando religiosamente las tarifas que nos impone la CFE, también valiéndole madre que nuestro consumo aumente por las condiciones climáticas.
Ya el hoy gobernador Alejandro Moreno Cárdenas, y diputados federales y senadores campechanos, desde hace años, han venido pidiendo que nos otorguen una tarifa baja, semejante a la otorgada a los tabasqueños (y también a los yucatecos) porque nuestras condiciones climáticas son parecidas.
Pero a ellos, a nuestros representantes populares, no les han hecho caso. ¿Entonces qué hay que hacer? Muy sencillo… pasar de la petición argumentada, escrita, subrayada con matices diplomáticos, a la exigencia pura y dura que significa dejar de pagar el consumo y organizarnos para que la CFE no nos corte el servicio.
Los buenos ejemplos hay que tomarlos, dice la conseja popular. Y el ejemplo de lo de Tabasco tiene que cundir. Exijamos y organicémonos para que nos vaya mejor. Ahí está Moreno Cárdenas, en sus redes, llamando a que el gobierno de López Obrador sea más justo con Campeche en ese tema. Pues es lo que hay que apoyar, independientemente de si estamos de acuerdo o no con su gobierno; si nos cae bien o mal; si comulgamos o no con el PRI o el partido que sea.
Rendijas
–Cuentan que la directora del DIF Municipal de Campeche, Mónica Fernández Montúfar, hermana del alcalde Eliseo, con los mismos apellidos, anda en busca de un vocero, o vocera, o lo que sea, pero chingón o chingona, para que la ayude a posicionarse en los medios de comunicación… ¿Con qué objetivo? Parece que también quiere ser alcaldesa.
Pero, más allá de que el alcalde Fernández tendrá que decidir entre dar su apoyo e impulsar a su hermana o a su diputada BibyRabelo, el chiste es que la directora del DIF Municipal tiene la sangre más pesada que su propio hermano y es la razón por la que nadie se ha quedado a probar suerte como vocero o vocera.
Y es que la señora Fernández, dicen quienes han ido a su presencia, quiere que se trabaje un mes gratis y luego se evaluaría si le sirve o no para sus fines políticos… Chingón!
