Pecho a pechito: ¡Pasen, marchantes, por su Casa del Pueblo, pasen!

InicioGrillitaPecho a pechito: ¡Pasen, marchantes, por su Casa del Pueblo, pasen!

Rollo: El Boffas
Ni hablar. En momentos de apremio cualquier hoyo es salvavidas. La derrota del PRI, a nivel nacional y estatal, mantiene ocupados, preocupados y apurados a los militantes del RIP-nosaurio que todavía le son fieles al otrora partidazo de sus amores.

Uno de los “cautivos” es Ricardo Béjar Herrera, todavía delegado federal de la Secretaría del Trabajo y ex líder del Comité Municipal del PRI, exclusivamente de Mérida.

El buen Rich, quien presuntamente aspira a ocupar el cargo de dirigente estatal del tricolor en relevo de Carlos Sobrino Argáez -quien ni ha pintado ni dado color durante su gestión partidista, la cual pasó a encabezar por obra y gracia del entonces mandatario Rolando Zapata Bello-, se aventó una muy buena posibilidad como puntada, todo al mismo tiempo.

¿Y cuál es el show? Simplemente vender la Casa del Pueblo, la emblemática sede oficial del PRI-nosaurio, para ahorrar gastos ahora que dicho partido, la otrora aplanadora electorera (que no electoral) se quedó huérfano de la ubre gubernamental, tanto federal como estatal.

Pues sí. Los resultados, el 1 de julio pasado, no dejaron la menor duda. El PRI quedó desmembrado y en el plano yucateco sólo conservó 58 de 106 municipios y la mayoría relativa en el Congreso local con 10 diputados, liderados por Felipe “Pilo” Cervera Hernández. O sea, en la sede del Poder Legislativo está la verdadera oposición del tricolor al gobierno panista de Mauricio Vila Dosal. En las 58 comunidades, con sus raras excepciones, cada alcalde jalará por cuenta propia.

Y después de este “breviario cultural”, la puntada de Béjar Herrera de vender la Casa del Pueblo también llama a la reflexión de los propios priístas y, chance, hasta de un buen sector de la población que ya acostumbró su vista al vetusto inmueble de la calle 65 del centro meridano.

El todavía funcionario –hasta que el gobierno de “Don Pejelovich” entre en acción constitucional- tiene proyecto, al parecer propio o bien con otros grupos internos del PRI, que se basa en tres estrategias simples, aunque llevarlas a buen puerto estará medio cabresto. Chequen: 1) Reestructurar los comités en los 106 municipios yucatecos; 2) Garantizar que las candidaturas a los cargos de elección popular sean con base en el posicionamiento social y no cupular; y 3) Adoptar medidas de austeridad que implican hasta la venta de la Casa del Pueblo.

Muy bien. Recordemos que la Casa del Pueblo es un edificio representativo de la arquitectura de una época en la Mérida de principios del siglo XX. Le llamaron arquitectura neo-maya. El edificio fue inaugurado el 1 de mayo de 1928, elaborado por el arquitecto italiano Ángel Bachini (1861-1948) y quien en 1926 ganó el concurso organizado, para tal show, por el entonces gobernador Álvaro Torre Díaz.

Y en todo ese tiempo, las huestes hegemónicas de la Revolución Mexicana han ocupado dicha sede. Al paso de los años llegarían los priístas, después de su evolución en los tiempos de Lázaro Cárdenas del Río.

Béjar ha dicho: “El PRI tiene todo para regresar a la ciudadanía para llevar a cabo las encomiendas municipales, estatales y trabajar directamente para la construcción de este futuro para el partido; para ello tenemos que reestructurarnos y fortalecernos en cada una de las áreas, que no sean decisiones cupulares, sino de los priistas, de la estructura y de los ciudadanos. Uno de los temas fundamentales es la restructuración de cada una de las estructuras y el fortalecimiento”.

Aparte: “Tenemos que fortalecer también un grupo de financiamiento a través de diversas actividades como rifas, acuerdos, participación, donativos y estudiar con seriedad la venta de la Casa del Pueblo, un proyecto de austeridad que debemos tener como partido y que también en un lugar modesto vayamos construyendo este nuevo partido y que también tengamos los recursos suficientes para darle respuesta a los ciudadanos, a los militantes, a sus gestiones”.

Buena onda la del todavía delegado federal, pero para comenzar habría que checar si los grupos de poder que todavía sobreviven en el PRI, lo dejan llegar, sobre todo cuando habla de erradicar decisiones cupulares y aplicar planes de austeridad.

De entrada, ¿cuántas personas que laboran en la Casa del Pueblo serían despedidas una vez que se cerró la ubre gubernamental? ¿Qué rifas van a organizar? ¿De bicicletas que quedaron en la campaña y no se repartieron? ¿Quién las compraría la Casa del Pueblo que ahora ya tiene 90 años y contando?

La realidad es que el PRI está huérfano de plata, de ideales y, sobre todo, de ideas. Si logran vender la Casa del Pueblo en algunos millones de pesos, pues qué bueno. Chance y algún empresario estaría dispuesto en invertir una buena lana en derrumbar el inmueble y construir un súper mercado, cines, plaza comercial y, por qué no, en un hotelazo de cinco estrellas (si no alcanza el presupuesto, un hotelito de paso… dicho sea de paso).

El PRI-nosaurio vio la tempestad venir y no se hincó siquiera en defensa propia. ¿Vender la Casa del Pueblo? ¿Buena ocurrencia o latente posibilidad?

Amiguitas y amiguitos, ya saben: sugerencias para vender la Casa del Pueblo y convertirla en Museo Prehistórico (por sus muchos antecesores), enviarlas a [email protected] y/o [email protected]

- Publicidad -

LO MÁS LEÍDO