Carlos Moreno, candidato de Moreno a la alcaldía de Kanasín, tomó la plaza principal justo frente al palacio, en medio de un ambiente de triunfo y lo hizo ante la mirada molesta de un grupo de simpatizantes de otro partido quienes se quedaron parados a unas calles.
Ta vez porque Carlos llegó primero a la plaza principal, repartió saludos, recibió muestras de cariño y adhesión, los del otrora partido, hoy en franco declive, lanzaron “voladores” en dirección a los morenistas, como intentando hacerles daño.
La gente de Moreno respondió como gritos de apoyo: “¡Arriba Moreno, arriba Morena!, este 6 de junio vamos a ganar”. La alegría iba acompañada al ritmo de la batucada, del jingle de campaña de Carlos, cuya frase recalca que “ya es hora de tener otro Presidente”.
Moreno venía caminando toda la calle 22, una de las principales de Kanasín, repleta de gente, de gente que hacía su vida cotidiana en pleno domingo, en la víspera del Día de la Madre.
Con la anuencia de los vecinos, los de Moreno colocaba lonas en las casas de los nuevos simpatizantes de Morena, el partido que llevará a Kanasín la cuarta transformación. Más adelante una cabalgata se unió a la caminata. El apoyo era total. Se sentía en el ambiente.
Carlos Moreno estaba contento. Se veía alegre y ese empuje lo motivaba a correr de casa en casa saludando, tomándose la foto y repartiendo cariño y agradecimiento. “El pueblo es el que dirá lo que el gobierno debe de hacer. Vamos a gobernar junto con el pueblo”, repetía con frecuencia.
Çomo si las fuerzas del destino se alinearan a su favor, al finalizar la caminata por el centro y por varias colonias cercanas, Carlos Moreno también le ganó la calle a los del otro de azul y blanco.
Mientras él dirigía un discurso final, en la que recalcó la lealtad, su confianza por el triunfo del 6 de junio, su compromiso con las mujeres y que Kanasín no puede ser gobernado por la improvisación, un grupo de panistas se quedaron mirando a lo lejos la algarabía de los morenistas. El otro partido, como el anterior, tuvo que esperar.
