En nombre de la “salud” de los niños y porque –en resumidas cuentas- así se le pegó la gana, la directora de la escuela primaria “Roque Jacinto Campos”, Diana Barroso, llamó a los polis municipales y ordenó desalojar a una conocida vendedora de dulces, golosinas y fritangas que, desde hace 40 añejos, oferta sus productos a los infantes para ganarse unos varos.
El caso es que doña Juanita May, bien conocida por la zona del centro de Motul, fue apañada ayer miércoles, como vil delincuente, esposada, subida a una patrulla y trasladada a la cárcel de la localidad.
Y es que la profesora Diana Barroso, también con su huesito como subdirectora de Educación del ayuntamiento que preside el alcalde priísta, Roger Aguilar Arroyo, mejor conocido como “El Zorro-Trucitas”, de puro milagro estaba presente en el sitio donde también cobra su marmaja y se le antojó el desalojo.
Doña Juanita May le pidió una explicación a la funcionaria y dizque maestra del por qué su desalojo, con todo y mercancía de churritos, papitas, bolis, granizados, dulces y demás cosillas, y ésta simplemente le respondió que era por la “salud” de los chavitos y también porque ella es la directora. Punto.
Doña Juanita se puso al brinco por lo que consideró toda una agresión a su persona, sobre todo porque lleva 40 años laborando afuera del plantel y nadie se había metido con ella.
Corrió la versión de que la maestra Barroso le pidió a la comerciante una “cuota” semanal para dejarla vender, cuando Juanita paga un impuesto por derecho de piso en la comuna. Así que ilegal no está la doña.
La otra versión es que la directora Barroso Villanueva, aprovechándose del cargo de subdirectora de Educación en el actual ayuntamiento, metió un oficio para retirar y despejar el área de un costado de la escuela primaria y así darle preferencia a otra señora que también vende en la puerta de la escuela todas las mañanas, pero que, a diferencia de Juanita, aquella forma parte de la Sociedad de Padres de Familia y de la cooperativa escolar.
Mientras tanto, la vendedora fue a parar al tambo municipal. ¿Intervendrá “El Zorro-Trucitas” o, como siempre, le valdrán mother las quejas ciudadanas?
¿Desde cuándo es un delito de lesa humanidad vender productos chatarra, como vulgarmente se les conoce, a las puertas de los colegios? Si bien es cierto que las fritangas no son el mejor alimento, pero al menos “alegran” a la lombriz que todos tenemos dentro.
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