Rollo: Ambrosio Gutiérrez Pérez
De acuerdo a sus propios datos, al ajustar dos años al frente del gobierno federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró que lo respalda más del 70 por ciento de los mexicanos y con eso es suficiente, además de que ha cumplido con 97 de los 100 compromisos asumidos durante su campaña.
En Palacio Nacional, el Presidente dijo que las bases para la transformación de México “consiste en que ahora se respeta la Constitución, hay legalidad y democracia, se garantizan las libertades y el derecho a disentir, hay transparencia plena y derecho a la información, no se censura a nadie, no se violan los derechos humanos, no se reprime al pueblo, no se organizan fraudes electorales desde el poder federal, el gobierno ya no representa a una minoría sino a todos los mexicanos, se gobierna con austeridad, se gobierna también con austeridad morales, no se tolera la corrupción ni se permite la impunidad”.
También, lejos de un mensaje de autoelogios, reconoció que en sus dos años de gobierno el homicidio doloso, los feminicidios y la extorsión han aumentado. Eso sí, se ha avanzado en la solución al grave problema de la inseguridad y la violencia que dejaron sexenios anteriores; se atienden las causas que llevaron a la descompensación social con la premisa de que “la paz es fruto de la justicia”.
Más menos, López Obrador ha cumplido en medio de la grave pandemia de Covid-19 que tiene prácticamente postrado al mundo, en una carrera desesperada de la ciencia para encontrar la vacuna que nos proteja del mortal virus.
Ante una economía mundial, y desde luego nacional, quebrada por los efectos de la pandemia, los más pobres de este país (en quiebra también por los abusos y la corrupción de los gobiernos priistas y panistas) están recibiendo apoyos efectivos que han permitido a millones de familia mantenerse a flote.
Y de ahí proviene la enorme aprobación de la gran mayoría de los mexicanos al Presidente, subrayado por sus propios datos pero también por la mayoría de las encuestadoras y medios de comunicación, incluso contrarios a su gobierno (como Reforma y El Universal).
López Obrador acepta que no ha sido fácil luchar contra los adversarios, contra la corrupción galopante y los enormes intereses que ha afectado, pero la 4T avanza, más allá de errores humanos y de mala fe de algunos.
Rendijas
–Alguien miente o es, al menos, inexacto. Los datos presentados por el dirigente estatal del PAN, Pedro Cámara, de su encuesta para saber cuántos panistas aceptan la coalición con el PRI y el PRD, contradicen o chocan con la encuesta que al respecto presentó Reforma a nivel nacional.
Según sus datos, en Campeche fueron a votar el 62.73 por ciento de los panistas, es decir, mil 907 de 3 mil 40 del listado nominal. Es decir, por el sí para la coalición PAN-PRI-PRD votaron 87.15 por ciento. Desde luego, la mañosería es presentarla a 4 días del consejo nacional del PAN donde se definirá si van o no las coaliciones.
Pero la encuesta de Reforma dice que hay un rechazo nacional de panistas a las alianzas y al PRI. Por el NO para coalición de gubernaturas hay un 59 por ciento, para diputados federales un 60, para alcaldes un 60 y para diputados locales un 60. Y por si fuera poco, la misma encuesta hace la pregunta: ¿por cuál partido nunca votaría?, los mexicanos son claros: 40 por ciento nunca votaría por el PRI, Morena tiene un 16 de rechazo y el PAN un 12.
Es decir, la encuesta de Pedro Cámara está muy distante de lo que presentó Reforma. Ahí se las dejó con una pregunta: ¿A quién beneficia en Campeche que haya coalición PAN-PRI-PRD?
