Rollo: Ambrosio Gutiérrez Pérez
Más o menos la mitad de los transportistas urbanos de Campeche iniciaron esta mañana un paro de labores. Dejaron de circular en protesta o, más bien, para exigir a las autoridades que les permitan aumentar tarifas o que les otorguen subsidio para que el costo de los pasajes quede igual.
Según los transportistas desde hace 10 años no tienen subsidio y que, por el aumento de los combustibles y el precio de las refacciones, ya no les es posible operar con las tarifas actuales. La queja no es nueva, más bien es cíclica, pero ¿nos están diciendo la verdad?
Es un poco extraño que estos transportistas se quejen y digan que no es negocio un negocio que pese a “lo mal que les va” no lo cierran. Es decir, que sigan operando ¿”¡con pérdidas!”? No es creíble, salvo que se trate de un “lavadero” pues, como también sabemos, varios políticos priistas, ex funcionarios públicos, son dueños de concesiones y camiones.
Y bueno, la autoridad estatal respondió a las exigencias de los transportistas. Primero, con un contundente no al aumento de las tarifas. Segundo, con una supervisión de las rutas para verificar qué empresas y cuántas unidades pararon pues, de acuerdo al director del Instituto Estatal del Transporte, Carlos Castillo Zárate, la ley les prohíbe dejar de prestar el servicio.
O sea, que si verifican que determinado número de camiones de una empresa dejaron de prestar el servicio unilateralmente, el Instituto del Transporte les puede retirar o suspender la concesión. Igual ocurre si la concesión la tiene una sola persona.
Desde las primeras horas del paro, además de la respuesta de la autoridad en el sentido de que pueden sentarse a negociar lo que sea menos el aumento de tarifas, las redes sociales explotaron pero casi de manera unánime en contra de los transportistas.
Muchos ciudadanos se quejaron por la afectación inmediata. Los pocos camiones que quedaron en servicio iban repletos, muchos llegaron tarde a sus trabajos o la escuela; otros llevaron el reclamo al terreno personal, pidiendo a los transportistas que dejen de mantener “casas chicas” para que les alcance.
En fin que ya veremos en qué termina, pero cualquiera que sea el final de la reedición de este conflicto, ninguna deberá perjudicar la economía ciudadana.
Rendijas
–Ciudadanos se quejaron de la falta de respeto e irresponsabilidad de las autoridades en el tema del emplacamiento. Muchos hicieron filas para que al final les dijeran que “se fue el sistema”, en algunos módulos fueron más sinceros y les dijeron que no están cobrando placas. En fin, que el burocratismo y el caos rondan el nuevo emplacamiento.
–El gobernador Carlos Miguel Aysa viajó este día a su tierra, a Palizada, para entregar estufas ecológicas. También aprovechó para supervisar y anunciar algunas obras, como una nueva unidad deportiva.
Anunció una nueva era para Palizada. Y lamentó tres años anteriores perdidos.
–El dirigente de Morena en Carmen, Alejandro Gómez Casarín, sufrió un atentado el viernes. Alguien llegó a la puerta de su casa y le disparó. No está claro aún. Es decir, las hipótesis rondan entre delincuencia común (parece que ya habían entrado a su casa a robar en un par de ocasiones) y causas políticas pues, además su esposa es la diputada local Xóchitl Gutiérrez.
Senadores y diputados locales se solidarizaron con la diputado Gutiérrez y su familia, y exigieron a las autoridades el esclarecimiento de los hechos que pusieron a Gómez Casarín en peligro de muerte.
