Rollo: Ambrosio Gutiérrez Pérez
Mientras leíamos la noticia sobre el asesinato de un periodista más, Omar Iván Camacho en Sinaloa, el subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, anunciaba tres medidas más dentro del “mecanismo de protección a periodistas y defensores de derechos humanos”: acciones urgentes, tecnológicas y físicas, y preventivas.
Durante la mañanera de este lunes, reveló que son 292 los periodistas que están bajo el mecanismo de protección, más otros 498 defensores de derechos humanos. También reveló el problema central por el cual no ha funcionado: el mecanismo es de reacción y no de prevención. O para decirlo en buen cristiano: se tapa el pozo cuando el niño ya está ahogado.
Lo bueno es, al menos en el discurso de Encinas, que “se analizan instrumentos que permitan identificar situaciones de riesgo y evitar al máximo las medidas de carácter burocrático”.Y no debe tardarse el gobierno de Andrés Manuel en “analizar instrumentos” pues al presentarse a la mañanera contabilizaba 6 periodistas asesinados, pero le faltaba a la estadística Omar Iván Camacho, además de que Hiram Moreno, periodista de Oaxaca, fue baleado y herido en Salinas Cruz; salvó la vida, al menos por ahora.
El propio López Obrador señaló que en México el asesinato de periodistas puede atribuirse a dos grupos principalmente: la delincuencia organizada y representantes del estado. Garantizó que el estado no va violar derechos humanos y que hará todo lo que esté de su parte, de su gobierno, para evitar que sean agredidos.
O sea, los periodistas, los comunicadores y los defensores de los derechos humanos, por ahora, continuamos en la indefensión. Mientras el discurso sea discurso no pasará nada. Mientras se corrigen los mecanismos existentes (o inexistentes porque no han evitado la muerte de periodistas) hay que rascarnos con nuestras propias uñas, correr nuestros propios riesgos.
La corrupción y la impunidad, fuera y dentro del gobierno llegó a tal grado que la denuncia pública pasó de ser un instrumento de la vida democrática a un pasaporte para la muerte. Denunciar, señalar, criticar la mala acción gubernamental o actividades ilegales como el narcotráfico, se convirtió en sentencia de muerte. Así andamos todavía.
Y si el propio Presidente divide a la prensa entre la “fifí” o “conservadora” y la otra que podemos calificar de “brother o liberal”, entonces terminamos peor.
Rendijas
—Nos llega la información de que en estos días sería destituido del cargo de subsecretario de Gobierno para la Zona Norte, Candelario Salomón Cruz. El también ex director del Instituto del Transporte de Campechetrae sobre la espalda acusaciones de corrupción por la “venta” de placas cobradas y no entregadas, tanto de taxis como de mototaxis, al grado de que se creó una comisión en el Congreso para investigar.
Aquí mismo hemos dicho que a través de dirigentes sindicales en los municipios, Candelario Salomón cobró esas placas, a razón de 300 mil pesos, pero se fue del cargo y no las entregó. El nuevo director del Instituto del Transporte se niego a reconocer esas operaciones. Los que aportaron dinero con mucho esfuerzo quedaron en el “aire”. No hay quien les responda.
Candelario Salomón ya declaró que no tiene nada que ver en el asunto. Sí, con mucho cinismo, y encima le echa carga al gobernador Alejandro Moreno al declarar que las acusaciones en su contra son “fuego amigo” y que tiene su respaldo.
—Fue creada la Coordinación Estatalde Estancias Infantiles de Campeche. Un grupo de maestras educadoras tomaron la iniciativa ante la decisión del gobierno de López Obrador de quitar el subsidio a guarderías.Su agrupación, según dijeron ante los medios, es evitar futuros cierres de estos espacios de educación inicial.
Ojalá su unión haga fuerza. La decisión de quitar el subsidio a este tipo de guarderías ha sido un duro golpe y motivo de protesta a donde quiera que va López Obrador.
—La administración municipal que encabezó Garo Hernández fue denunciada por la actual del panista Eliseo Fernández, por no pagar muchos millones de pesos de cuotas al Issstecam y haber usado ese dinero para el pago a proveedores. Eso dice.
