Rollo: Ambrosio Gutiérrez Pérez
¿Son dos puntas de la misma tenaza? Por un lado, la banda de francotiradores desde medios de comunicación y redes sociales (en auxilio del Sobrino del Tío, claro); por el otro, la banda de francotiradores del antiguo amigo e integrante de la otra banda, (la de golpeadores del Tío, claro), comandada por Eliseo Fernández Montúfar.
Bueno, pues las dos bandas “coinciden” (y dicen por ahí que en política no hay coincidencias) en atacar, todos los días, a Layda Sansores San Román, hoy coordinadora de la Defensa de la 4T en Campeche, y seguro candidata de Morena a la gubernatura, por aquello de que no logran (ni con coaliciones inmorales) llegarle a los talones en posicionamiento y preferencia electoral.
Pese al golpeteo mediático, Layda camina ya el estado ocupada en lo que debe ser: checando, ajustando las estructuras de Morena; afinando detalles y confirmando que en realidad hay un gran ejército de morenistas, la mayoría, con el ánimo y la disposición de trabajar para lograr la alternancia el 6 de junio próximo.
Pero las asechanzas no paran. El Tío del Sobrino está en la cargada para que el Sobrino ahora sí gane (le dieron su arrastrada en su pretensión de ser senador). Hay supuestos desprendimientos de Morena por inconformidad (así lo informan los medios del Tío del Sobrino), que por “imposiciones” de candidatos.
Bueno, se les olvidó que todavía ni siquiera inician los procesos para seleccionar candidatos a alcaldías, diputaciones o juntas. Layda recorre el estado para checar las estructuras electoral y territorial, así de simple y claro, aunque hay quienes “no lo entendieron” y se “fueron”. La verdad es que no se fueron por “inconformidad” (como publican los medios del Tío y las páginas de Eliseo) sino porque algunos decidieron aceptar lo que les ofrecieron.
Las inconformidades dentro de los partidos políticos, todos, son normales, pero hay sus diferencias entre los que aun inconformes aceptan el acuerdo y la reconciliación, y los que en el extremo no aceptan nada, entre otras cosas porque con frecuencia son esquiroles y quintacolumnistas.
Layda, en Hopelchén, por ejemplo, ante una turba alcoholizada y probablemente drogada que llevó la diputada Selene Campos para “reventar” la reunión de estructuras, impuso su liderazgo y autoridad, puso la primera piedra de la reconciliación de los grupos locales.
Por eso el Tío del Sobrino, y su antiguo amigo de banda de golpeadores, crearon una tenaza que busca detener la alternancia en Campeche y, con ello, la 4T. Se les acabará el poder y sus privilegios, nada más pero nada menos.
