Couopina: rumbo a los 50. Comunidad Antropológica

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F. Salvador Couoh Jiménez
Cuando en la segunda quincena de enero 2019, el H. Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de Yucatán votó por unanimidad por la ascensión de la Dra. Rocío Leticia Cortés Campos para fungir como directora de la Facultad de Ciencias Antropológicas para el período 2019-2023, se abrió de par en par las puertas hacia mejor futuro de los Programas Educativos (PE) que se imparten en la dependencia universitaria.

En los previos de aquella sesión electiva se desarrolló una auscultación entre el conglomerado académico, administrativo y estudiantil de la Facultad, a cargo del doctor José de Jesús Williams, presidente del Consejo Universitario. Se recogieron propuestas y perfiles idóneos para desempeñar el cargo y, la consecuente responsabilidad de dirigir una dependencia que históricamente ha sido y es crisol indiscutible del libre pensamiento y puntera por excelencia de acciones tendientes a mantener y optimizar los rasgos y características educativas de las seis licenciaturas y un doctorado en Ciencias Antropológicas que se imparten en el plantel.

Las licenciaturas en Arqueología, Antropología Social, Historia, Literatura Latinoamérica, Turismo y Comunicación Social son poseedoras de perfiles curriculares que en el medio no tienen parangón. Por ello, el sentido para la designación tenía que ver necesariamente con quien en cartas institucionales mostrara, garantizara, responsablemente la consolidación de los PE, con experiencia suficiente para fomentar el enriquecimiento de aquellas carreras y posgrado cuyo impacto social es inconmensurable.

El primero de febrero del mismo año de la sesión citada, la doctora Cortés Campos asumió la máxima responsabilidad que un académico puede aspirar en la dependencia de adscripción.

En el Auditorio Salvador Rodríguez Losa de la facultad dio a conocer su equipo de Gobierno, desde luego, con características afines para cumplir los compromisos académicos fijados en el plan de trabajo–compuesto por indicadores sobre generación del conocimiento, docencia y extensión(difusión)–, solvente, con plena aceptación por parte de la comunidad antropológica y por ende de las autoridades universitarias.

Hoy, cada uno de los integrantes de la planta académica y el personal de apoyo, tienen líneas de acción convergentes y expresamente comprometidas con los fines y objetivos establecidos en el documento rector, guía de trabajo regido por principios que sustentan la convicción de mejorar cada día, fomentando la importancia de las Ciencias Sociales, por cierto, razón de ser y hacer de la Facultad de Ciencias Antropológicas.

Si el futuro es hoy, como dicen los que saben, la comunidad antropológica tiene el ritmo y la cadencia para mostrar resultados palpables de un año y siete meses de intenso de trabajo con liderazgo; y, vale decir, mística e identidad institucional como valor fundamental. Enumerar logros, exhaustivamente, sería prolijo y propiciar el lugar común; sin embargo, el espacio da la gracia para generalidades y un ejemplo puntual.

Las responsabilidades—de funcionarios, personal académico y administrativo– compartidas en el desempeño de las funciones sustantivas universitarias muestran, con creces, un clima laboral donde las iniciativas fluyen y redundan en beneficios hacia la sociedad yucateca que, por cierto, reclama, exige, esa deferencia.

Ahí están los reconocimientos y certificaciones entregadas por organismos nacionales integradas por evaluadores de primer nivel a favor de los PE y, desde luego, al doctorado ya citado y presidido por el doctor Marcos Pool Cab, prestigiado arqueólogo de talla internacional.

Diplomados, seminarios, conferencias magistrales, muestran la nueva cara de la institución universitaria. Son puentes de acercamiento hacia sectores educativos y sociales, por cierto, comprensiblemente exigen compartir “pan y sal” con la academia antropológica.

En hora buena, por los diecinueve meses de gestión de la administración que preside Cortés Campos. Regocijo por auspiciar el trabajo en equipo con miras al 50 aniversario de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán.

Seguramente las generaciones pasadas, presentes y la próxima a ingresar invocarán el espíritu de corpus para realzar tan significativa conmemoración: cincuenta años del establecimiento de tan importante plantel universitario. Nada impedirá tan grato momento pincelado en el horizonte yucateco.

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