Rollo: Celia Franco; flashazo: Aldo Pallota
A sus casi 40 años (39 y tres cuartos), Josué Camargo Gamboa ha aprendido a disfrutar cada minuto del día. La vida le ha mostrado que todo está lleno de matices y entendió que no nada puede ser absolutamente malo, ni tampoco bueno todo el tiempo, aprendió que de él sólo depende lo que piense y sienta.
Es por eso que a pesar de las adversidades ha decidido tener la mejor actitud posible, valora inmensamente a sus amigos y la lealtad, es feliz y trata de compartir ese sentimiento con quienes lo rodean.
En una plática muy amena en donde las risas fueron las invitadas de honor, Josué dejó ver que es un hombre sencillo que disfruta de las pequeñas cosas; por ejemplo, no hay nada que disfrute más que acostarse en su hamaca con unos ricos charritos y echarse un maratón de series televisivas.
También descubrimos que odia cortarse el cabello. “Creo que es un trauma de la infancia, porque para ahorrar, mi papá me llevaba con mi tía para que me lo cortaran y nunca me gustaba cómo quedaba, me la pasaba horas sufriendo que así iría al día siguiente a la escuela. Así que cuando crecí y comencé a decidir cuándo cortarme el cabello pasaban hasta nueve meses antes que fuera a la peluquería”. Tampoco le gusta rasurarse.
Es un chavo metódico, analítico y muy perseverante, es una de aquellas personas en las que es fácil confiar y con la que cualquiera se siente a gusto.
¿Cama o hamaca?
Lo pensó un momento: ¡chim! Ham… hamaca, está interesante (risas); la cama es más cómoda, claro, pero la hamaca es más divertida.
¿Comida y postre favoritos?
La comida yucateca. Si me das a elegir es muy difícil porque no hay domingo que no se coma cochinita, pero el pib (mucbipollo) es fenomenal, es el mejor. Y soy muy postrero, pero me gusta mucho el arroz con leche de mi mamá, es el mejor.
¿Algún personaje que admire?
¡Way que difícil!, emmm… por sus capacidades más que por la cuestión religiosa, yo diría Juan Pablo II. Entablaba relaciones con todo tipo de personas independientemente de si cree lo mismo que él, de poder abrir puertas, incluso socializar con quien le ha hecho daño.
¿Frase con la que se identifique?
Sí, del poeta (José) Martí: “Ante el oro y el poder no me arrodillo, aunque me agobie el parecer tirano, me muero de hambre pero no me humillo, seré cadáver pero jamás gusano”. Es muy buena (risas).
¿Cuándo era niño que quería ser de grande?
Soltó la carcajada, suspiró y luego dijo: soy muy aburrido (risas); contador y soy contador (más risas).
Si pudiera tener un súper poder, ¿cuál elegiría?
Leer mentes (se hizo para atrás en su silla mientras se reía), soy muy persuasivo y si pudiera leer mentes lo sería más.
¿Era muy noviero?
Hace ocho años que estoy solo, pero sí lo era (risas).
¿Mejor virtud?
La alegría.
¿Peor defecto?
El perfeccionismo. Me desespera cuando no tengo control.
¿Arriba o abajo?
Donde quieras (carcajadas); no tengo conflictos (más risas).
