Conozca a… Diego, se dobló pero no se quebró

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Rollo: Celia Franco; flashazos: Jorge Pallota
Es, tal vez, el alcalde más joven de Yucatán. Su orgullo y entereza lo llevaron a lograr tremenda proeza en un municipio en donde la historia se repetía elección tras elección, cambiaba un poco el color, el rostro y el género, pero los principios eran los mismos, lo importante era llenar sus bolsillos en lugar de impulsar el desarrollo de la comunidad.

Diego Ávila Romero es un chavo que se aventó el tiro de jugar para la alcaldía de Tekax y en el segundo intentó lo logró, pero no fue fácil. Como cualquier cosa que se hace bien y con buenas intenciones le costó, tanto que llegó un momento durante la campaña, cuando las cosas no le favorecían, que se dobló pero no se quebró.

Pero eso no fue determinante, luego de reflexionar se levantó, se acomodó el orgullo y continuó. El resultado salta a la vista: ganó y hoy la “Sultana de la Sierra” comienza a cambiar, no solo de rostro sino de rumbo, con políticas públicas más sociales e incluyentes, personas que nunca lo apoyaron hoy se acercan a reconocer la labor que realiza junto con su equipo.

Sí, la política es su pasión pero su familia es su todo. Su primogénito, el que viene en camino y su esposa Seraphine se han convertido en su motor para que trabaje incansable cada día con la intención de darles un lugar mejor en donde vivir.

Su padre, es sin duda, un gran ejemplo; su madre, uno de sus pilares; su hermano, su cómplice incondicional y tiene un ángel que lo cuida en cada paso que da. Diego no es un político común, es un joven entregado con carácter y disciplina.

¿Cama o hamaca?

Cama, tengo problemas en la espalda.

¿Comida y postre favoritos?

El queso relleno y de postre, el chocolate, en cualquiera de sus presentaciones.

¿Algún personaje que admire?

Barack Obama, por su calidad humana y lo que representa como figura mundial; creo que es un buen líder.

Si pudiera tener un súper poder, ¿cuál elegiría?

Sonrió: que las cosas se arreglen con tan solo mirarlas (y volvió a sonreír).

¿Cuando era niño que soñaba ser de grande?

Siempre creí que la política, y aunque en un momento me negué a mi destino sabía que tenía que hacer algo, estaba presente desde pequeño el tema de servir a la sociedad. Crecí escuchando que las cosas siempre se pueden hacer mejor y pues hay que hacerlas.

¿Algún momento que le haya marcado?

No, pues definitivamente el hecho de ser papá te cambia la visión, porque de verdad darte cuenta que tu hijo depende de ti, me hizo ser más consciente, por ejemplo, de cuidarme para estar siempre para él. Entiendes las cosas con más seriedad y eso me permite ser más sensible con las necesidades de los ciudadanos

¿Fue muy noviero?

Con una sonrisa pícara que le duró unos pocos segundos dijo: disfruté mi juventud, por eso hoy tengo una familia que no pondría en riesgo jamás.

¿Qué es lo que más disfruta hacer?

Estar con mi familia, estar con mi esposa y mi hijo; busco esos momentos para desconectarme, jugar con ellos, ver películas, sólo aprovecharlos al máximo.

¿Mejor virtud?

Mi nobleza, creo.

¿Peor defecto?

Miró a una persona de su equipo: no sé, tal vez que le digo sí a todo.

¿Arriba o abajo?

Se sonrojó, hizo silencio un momento: arriba.

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