Como si fuera ayer: ¿Moloch contra Rolo y sus huestes?

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Rollo: Celia V. Franco C.
En política nada es casualidad, ni nada es lo que parece, son dos dichos muy comunes para todo aquel que se dedique a la grilla; practicarla, reportearla o analizarla y eso quedó demostrado justo el martes, cuando lo que muchos creían imposible, pasó.

Jorge Carlos “el Gordito” Ramírez Marín e Ivonne Ortega Pacheco juntos, los supuestos adversarios sentados en la misma mesa, haciendo acuerdos, apretándose las manos; eso deja en claro que un enemigo en común puede unir hasta a los más diferentes en pos de un mismo objetivo.

Y es que queda claro que los dos liderazgos más fuertes del PRI en Yucatán son justamente los que ellos encabezan y que la gente de Rolando Zapata es muy poca, por no decir ninguna, ya que antes fueron de algunos de los grupos de los arriba mencionados; si esto no fue así, entonces han quedado decepcionados cuando se dieron cuenta que los usaron o usan como moneda de cambio.

No hay que olvidar que la gente de IOP fue la que jaló la carreta en la campaña de Rolo, mientras los chavitos del entonces candidato estaban relegados a tareas menores por su falta de experiencia, que después adquirieron pero sólo para algunas cosas, no muy buenas por cierto, mientras que los que hicieron la chamba fueron alejados con una patada en las posaderas.

En seis años se destrozó al tricolor, las bases fueron nulificadas, los liderazgos acosados, despidos a diestra y siniestra por los propios priístas, saqueos, humillaciones; todos obedecían al gran “Uno”, así llamaban a Zapata Bello y a su jefe despacho, el nada querido Sergio Vadillo.

Obviamente todas sus triquiñuelas sumieron al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en una hueco muuuuuy profundo que ahora requiere de la unión de varias fuerzas y de todos los agredidos y ofendidos para volver a levantarse.

Es tan evidente el interés de los tricolor locales de deslindarse del ex mandatario que uno que no tuvo más remedio que unirse a la nueva alianza o se quedaría fuera de la jugada, es Felipe Cervera Hernández, quien muy orgulloso defendió en la máxima tribuna del estado a Rolando Zapata Bello. ¿Será que lo decepcionó tan rápido?

Como sea, ahora sí tendrá que trabajar hombro a hombro con sus compañeros que lo desobedecieron si no quiere que los padrinos lo borren del mapa de un solo azotón. Por cierto: ¿qué pensará parte de su familia que no se ha cansado de acusar al “gordito” Marín de traidor, ya que ahora será un eslabón de ese equipo?

Y antes de que se nos acabe la tinta, ¿no les parece mucha casualidad que el día en el que se anuncia la gran unidad entre peces gordos priístas, el Gobierno del Estado saliera a anunciar desvíos millonarios y denuncias para la administración anterior?

 

 

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