Rollo: Celia Franco
En menos de dos meses cumplo 21 años de dedicarme a reportear. Se oye mucho y se cuenta aún más, pero en realidad para mi pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Segura estoy de que esto se debe a que tuve la dicha de descubrir lo que me gustaba y lo que quería hacer desde que era muy chica, así que tuve tiempo de encaminarme para este rumbo.
Han sido 21 años de mucho aprendizaje y de mucha, mucha diversión, he tenido maestros que sin ninguna doble intención me compartieron un poco de su vasta experiencia y me sacaron de muchos apuros, claro que también han habido otros que me la hicieron más difícil; a ellos también les agradezco porque afinaron aún más mi labor.
Lo mejor de los primeros es que hoy nos seguimos viendo en los eventos diarios y el afecto que se ha forjado a lo largo de las décadas nos ha convertido en familia laboral, son personas que están siempre presentes; aunque no seamos íntimos, sabemos que podemos contar los unos con otros.
En estos años también me destrozaron el corazón en más de una ocasión, pero también encontré el amor verdadero y desinteresado, ese del que todos hablan pero que pocos
encuentran.
Me hice mamá con todo lo que eso conlleva y conforme pasan los años y mi hermoso pequeño crece, logro entender un poco más a mis padres y aunque no se los digo a menudo les doy las gracias por todo lo que me han y siguen dándome.
Tengo la dicha de que luego de tanto tiempo mis amigas se han convertido en mis
hermanas, en mis comadres, mis cómplices, nos conocemos tanto que ya no podemos engañarnos (como dice una famosa canción), pero además sigo sumando afectos.
He conocido a grandes personas en puestos importantes que luego de dejarlos se convierten en aún más especiales y también he visto cómo puestos importantes convierten a personas en seres insignificantes. Me quedo con los primeros y sigo observando.
¿Todo ha sido fácil? Claro que no pero así es la vida, ¿no? Y después de tantos años, de tantos fracasos y aciertos, por fin he entendido que este asunto se trata de disfrutar cada momento por muy pequeño que sea e insignificante que parezca. Al final todo suma en este gran presente.
Tal vez no me he convertido en una líder de opinión, ni la gente me reconoce al pasar; tal vez no he ganado grandes premios, ni me he llenado los bolsillos, pero he conseguido lo más importante haciendo lo que más me gusta y por eso doy gracias infinitas.
Espero que en 21 años más todavía tenga la posibilidad de escribir sobre mis experiencias y ¿quién sabe? con chance ya seré una periodista consagrada.
