Polémica cardiológica en conocido hospital

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El cardiólogo Amonario Olivera Mar se perfila para ser el nuevo director del Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE) de Yucatán, a pesar de las serias acusaciones que existen en su contra dentro de ese nosocomio. Su paso por esa institución es toda una historia de traiciones, renuncias y acusaciones, pero su presunta cercanía con dirigentes y funcionarios estatales del partido Morena lo están posicionando. Jugó en contra del actual gobernador, Mauricio Vila Dosal.

Al galeno se le conoce dentro del hospital por sus desplantes, poca habilidad para sobrellevar los problemas de su servicio, los conflictos y el acoso laboral para quienes “no se alinean con el jefe”. Actualmente es Jefe de Cardiología del HRAE.

Olivera Mar, de origen veracruzano, llegó al HRAE hace unos cinco años y, de acuerdo con testigos, tejió todo un entramado que lo llevó a la jefatura de cardiología.

De acuerdo con testigos, el primer objetivo de Olivera Mar fue ocupar el puesto de su jefe de cardiología, Eddie Favela, quién, por cierto, lo recomendó en el Hospital. Para ello contó con el apoyo del entonces director Médico, Juan Carlos Arana Reyes y el ex director general del Hospital, Marco Antonio de la Fuente Torres.

Sin embargo, De la Fuente Torres también fue víctima: Olivera Mar aprovechó la confianza y operó en su contra para favorecer a Rafael Barrera Zoreda. De la Fuente Torres fue destituido y Barrera Zoreda ascendió a la dirección general del HRAE. A Barrera Zoreda lo esperaba afuera del hospital y lo acompañaba desde su auto a su oficina para tomar café y ponerlo al día de lo que pasaba en el nosocomio a su conveniencia.

Desde su llegada, según versiones recabadas, la División de Cardiología pasó de ser un departamento de atención médica oportuna, resolutiva, innovadora y de vanguardia en el Sureste, a ser un servicio gris, con retrasos en la atención de los pacientes, diferimientos en consultas, estudios, diagnósticos y cirugías.

Esto obliga a los pacientes con muy bajos recursos a tener que acudir a servicios fuera del Hospital. Un ejemplo de ello, son los tiempos tardados para las consultas de cardiología y la realización de estudios de ecocardiograma.

Y por lo menos, 12 menores de edad fallecidos en cardiología en el año 2017 bajo la atención del Amonario y su esposa Cesiah.

Por ello, al menos cuatro prestigiados especialistas de la División de Cardiología del HRAE renunciaron a sus puestos. No aguantaron las presiones de Olivera Mar. Dentro de los especialistas que renunciaron al HRAE figuran la doctora Rocío Juárez, una de las mejores cardiocirujanos, especializada en cirugías de padecimientos congénitos, con trayectoria profesional y académica intachable. Es reconocida nacional e internacionalmente.

La especialista, después de dos años de “intentar trabajar como se debe”, finalmente decidió renunciar al HRAE para terminar los conflictos que le generaban las constantes presiones por parte de Olivera Mar en represalia por hacer evidentes las carencias en los servicios involucrados en la atención de los niños.

A esta doctora se le suman, por razones similares, especialistas altamente profesionales, comprometidos y valiosos como el doctor Pedro Gorocica, la doctora Addy Castilo y el doctor Gilberto Sierra.

Es relevante resaltar el mismo proceder que Olivera Mar tuvo hacia su entonces amigo: el cirujano César Marrufo, a quién, según se dice, presionó para realizar una cirugía riesgosa a un familiar del propio doctor Olivera, la cual resultó en el penoso fallecimiento de la paciente ante una complicación quirúrgica.

Esto le ha costado una persecución por parte del jefe de cardiología al doctor Marrufo, quién opero a esa paciente como una deferencia al Dr. Olivera cuando ningún otro cirujano se atrevió ante los riesgos conocidos.

Sin embargo, el interés y entrega del Dr. Amonario al Hrapey va más allá de lo puramente asistencial y gerencial. Esto porque su prolongada permanencia en el cargo de jefe de la División de Cardiología le ha permitido establecer “acercamientos mal intencionados” con las empresas “Nacional Terapéutica S.A. de C.V.” y “MedSur S. de R.L.”, quienes mantienen el monopolio en la venta de insumos y medicamentos para el hospital.

En los montos entregados a Nacional Terapéutica, figuran en 2017, 117 millones 125 mil pesos, y hasta septiembre de este 2018, 107 millones 800 mil pesos hasta septiembre.

(Foto especial)

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