A dos de tres caídas: cementerios violados

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Rollo: Espectrín Gómez
La seguridad en los municipios tiene que ser una tarea fundamental en los 106 municipios de Yucatán, pero la prioridad, la neta de las netas, debe concentrarse en las comunidades de extracción maya que, sólo de cabeceras, son 105 pero con sus respectivas comisarías sumarían más de 200 ó 300 sitios.

Si bien es cierto que los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) son más de 4 mil, también es correcto que no pueden darse abasto en todo el territorio estatal. Simplemente no son pulpos y necesitan apoyo de las huestes municipales, por lo general mal preparadas técnicamente, pésimamente pagadas en cuanto a billetes y tendientes a la prepotencia y corrupción.

En pocas palabras: los empleados no son policías de carrera, por lo general son extraídos de las raquíticas milpas que nada más producen abandono y miseria y tampoco quieren meterse en líos con los vecinos ya que, al culminar la gestión en turno, ellos regresarán a ser gente común y corriente y podrían acarrear resentimientos u odios gratuitos.

Muy bien, y todo este rollo, ¿qué pex? Pues resulta que conforme se acercan los días de fieles difuntos, a finales de este mes de octubre y principios de noviembre, hay chistositos en los municipios que para joder gente, sembrar miedo y hacer volar las redes sociales, se dan a la tarea de violentar la paz de los cementerios para sacar a “pasear” ataúdes que llevan muchos años enterrados, en los osarios o en rincones apartados y que nadie regresó a reclamar.

El asunto es que, al parecer, hay grupos de adolescentes, a través de bandas de “buenos para nada”, que están metidos en todo este rollo de sacar y arrojar en la vía pública los féretros, ya sea con difuntitos o vacíos, pero la acción persiste y, por supuesto, es una clara muestra de que los atrevidos no le tienen temor a nada ni a nadie: ni a la policía, ni a los familiares de los muertitos y menos a Dios (para los que son creyentes).

Por de mientras –como se dice por allí-, los entrantes presidentes municipales tendrían la obligación de canalizar a parte de sus aguerridas fuerzas del orden en los camposantos para evitar este tipo de desmadritos. Sin embargo, los elementos no son suficientes y por otra parte, a las autoridades les estaría valiendo un kilo de ver… des uvas.

PRIMERA CAIDA.- Por ejemplo, en los municipios de Tetiz y Motul, en zonas geográficas diferentes, aparecieron ataúdes. En el primero, aunque no se dijo, se presume que había un cadáver, mientras que el segundo, sin huesos a la vista. Pero de que se trata de una ilegalidad, ¡a hueech!

SEGUNDA CAIDA.- Las huestes policiacas no pueden darse abasto, cierto, y menos cuando las autoridades municipales no pueden siquiera cumplir con lo mínimo.

TERCERA CAIDA.- ¿Rogar que la X’tabay vigile cementerios y se lleve a los fariseos mala leche es una opción?

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