Enigmas: Los niños fantasma de las vías del tren en San Antonio Texas

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ENIGMAS DE JORGE MORENO

En los años 80 ‘s se registró un trágico accidente carretero en el tramo Ucú-Hunucmá en donde perdió la vida una persona. Según se cuenta, el auto de la víctima se averió en una curva y otro vehículo que venía a alta velocidad en el mismo carril no se dio cuenta y embistió al primero, lo que provocó que el conductor, quien se quedó dentro del auto, tuviera una muerte instantánea al desnucarse debido al tremendo impacto.

 A raíz de esto, se contaba que en los siguientes años los automovilistas que se aproximaban a la curva en donde ocurrió el percance de pronto veían a una persona parada en la carretera con las manos en señal de que bajaran la velocidad, como informando que había un auto estacionado adelante.

Sin embargo, cuando llegaba por ahí el conductor, no había ningún auto ni accidente; a raíz de ello se empezó a especular que se trataba del alma en pena de aquella persona que falleció en ese sitio, que desde el más allá, como si tuviera una especie de remordimiento, pedía a los automovilistas que avanzaran con precaución. 

Y aunque incluso autoridades municipales de Ucú y Hunucmá de ese entonces también afirmaron haber sido testigos de esas apariciones fantasmales, nunca hubo alguna evidencia contundente (fotos o vídeos), más allá de los relatos. 

El caso San Antonio 

Algo muy similar ocurrió en el vecino país del norte, pero a diferencia de Yucatán, sí hubo evidencias; se trata de un caso que se dio en San Antonio, Texas, en 1934, y a pesar de que ha transcurrido mucho tiempo, hasta el día de hoy ha dado mucho de qué hablar debido a que los reportes son iguales o, incluso, más frecuentes que al principio. 

Según se cuenta, en aquel año, justo cuando un autobús escolar volvía del colegio para dejar a los niños en sus casas, la fatalidad quiso que el motorizado quedara atrapado en las vías del tren que cruzaba la localidad. 

Todo ocurrió en segundos y el conductor, desesperado no pudo hacer nada, el maquinista tampoco pudo frenar a tiempo cuando vio el autobús escolar parado en medio de su camino. El impacto fue brutal. Todo el pueblo quedó traumatizado por aquel terrible desastre y la irreparable pérdida de los 10 niños que iban en el autobús y el conductor del mismo.

A partir de los años 80 surgieron decenas de historias de conductores difíciles de creer. Todos coinciden y aseguran que cuando imprudentemente sitúan su coche muy cerca de las vías, con el riesgo de ser embestidos por el tren, sienten que su automóvil es empujado por una fuerza invisible que lo aparta del peligro y, cuando bajan de su vehículo para ver qué ocurrió, observan por unos segundos varias manitas marcadas en el coche y luego desaparecen.

Durante años se ha creído que los fantasmas de esa decena de niños muertos en el accidente son los que se preocupan porque no se repita una tragedia como la que les arrancó la vida. Todo esto no pasaba de ser una especie de leyenda urbana, debido a que no había pruebas, hasta que en el año 2005 unos investigadores norteamericanos lograron tomar fotos de las manitas en un auto que, con intención, fue dejado muy cerca de la vía del tren, y de forma sorprendente de pronto estas huellas desaparecieron. 

Y hasta el día de hoy, se asegura que esto sigue ocurriendo (el último reporte dado a conocer fue en enero de 2020). Han pasado 86 años de esa tragedia y se cree que los espíritus de los niños no descansan en paz, y a pesar de que se les han hecho muchas misas, la conclusión más fuerte es que se quedarán ahí con la misión de ayudar a cuanto coche pase apuros, quizás ocurra lo mismo con el alma en pena del conductor que falleció en el tramo Ucú-Hunucmá.

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