Rollo: Adriana Vargas
Se conmemora este ocho de marzo el Día Internacional de la Mujer para recordarle al mundo todos nuestros derechos. Hoy, el actual marco jurídico nacional e internacional abre las puertas del camino a la libertad.
Muchas lucharon organizadas para lograr socialmente los avances que hoy día ya existen legislativamente, pero también en el ámbito de lo privado, numerosas, desde sus hogares pelearon en solitario e incluso apoyaron aún sin saberlo, el cambio o transformación cultural a favor de las mujeres.
Al mismo tiempo que se daban los grandes acontecimientos históricos en la lucha por los derechos de las mujeres encabezados por destacadas lideresas e intelectuales, otras más actuaban en defensa propia de su autonomía o impulsando a sus hijas hacia otros horizontes culturales a través de la educación.
Como soldaderas desconocidas un tanto invisibilizadas por el sistema patriarcal y otro tanto por ellas mismas, fueron importantes aliadas en el camino hacia la igualdad, aportaron y hoy persiste su legado a pesar de no ser reconocidas y sin tener noticias de su nombre, pero existieron y construyeron desde sus casas.
Desde lo más profundo de mi corazón hoy quiero rendir un homenaje a esas madres, tías, abuelas o bisabuelas, matriarcas libertarias que fueron en la práctica feministas, sin siquiera saber que existía el feminismo pero que defendieron intuitivamente la dignidad de las “humanas” que crecieron y educaron.
Porque sí bien es cierto que el sistema patriarcal opresor (vulgarmente conocido como “machismo”) lo construimos toda clase de actores, igualmente el camino hacia otro sistema social en donde los derechos de las mujeres son reconocidos, es edificado por toda clase de actores, incluidos diversos tipos de mujeres.
Así que cuando culpen a las mujeres como las principales educadoras o promotoras del “machismo” debido a su papel fundamental en la crianza de los hijos; también reconozcan el impulso que muchas mujeres sencillas dieron a sus creaturas, hoy mujeres de más de 50 años que miran de cara al mundo las libertades que soñaron y batallaron por la simple voluntad de ser.
