Rollo: El Boffas
Será el sereno, o será melón o será sandía, pero el caso es que, de manera inexplicable, Francisco Castillo Galera, mejor conocido como “Panchito”, no ha vuelto a cobrar la beca que le entregaba el Instituto del Deporte del Estado de Yucatán (IDEY).
Como que no quiere la cosa, “Panchito” está en el abandono, presuntamente, al menos en la parte oficial. (Ojo: ‘presuntamente’ por aquello de que los funcionarios tienen la piel muy sensible).
Pero hay algo que a esta persona la hace muy especial. El nativo de puerto “Puercogreso” sufre de parálisis motriz. Siendo bebé lo atacó la meningitis y de allí pa’ una vida llena de dificultades e incomprensiones.
No obstante, hace varios años surgió una luz que amparó a “Panchito”: el juego-ciencia del ajedrez. Y como por arte de magia, este “chamacón” que, a la fecha, ya tiene 46 años de edad, volvió a renacer.
“Panchito” es todo un esfuerzo de superación. Aprendió a leer –en gran parte- viendo los programas educativos de Plaza Sésamo.
Pero, cuando a los 17 años conoció el ajedrez, todo cambió. En este tiempo, con todo y su problema motriz, “Panchito” ha ganado 9 torneos estatales y dos regionales, entre otros premios y en categorías de segunda y primera fuerza. Ah, sin tener que participar en categorías de discapacitados o algo por el estilo.
Y así por el estilo. “Panchito” ha sido Mérito Deportivo en años consecutivos: 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015. Al mismo tiempo, ha ganado dos partidas simultáneas para los municipios de Maxcanú y Progreso. También ha jugado simultáneas contra Grandes Maestros con excelentes resultados.
Recientemente, Castillo Galera externó, en su peculiar forma, ya que escribe lo que siente: “Estoy motivado a seguir en este lindo deporte, ser útil para la sociedad y contribuir con mi trabajo al sano crecimiento de los niños a quienes entrenamos en la Casa de la Cultura”, al referirse al puerto de Progreso.
Pero, desgraciadamente, en fechas recientes “Panchito” dice sentirse abandonado. Resulta que su beca de apenas 2 mil 200 pesos mensuales que le otorgaba el IDEY, le fue suspendida. ¿Los motivos? Pues argumenta no saber qué sucede.
Asegura que ya pidió una cita con el director del IDEY, Carlos Sáenz Castillo, y según él se la han negado. La beca le servía casi exclusivamente para pagar sus pasajes de Progreso a Mérida y viceversa.
Para acabarla de amolar, “Panchito” dijo que el alcalde progreseño, el ahora flamante panista Julián Zacarías Curi le prometió apoyarlo. Pura promesa. Y el afectado comenta que hasta el saludo le niega, lo mismo que el encargado de deportes de la alcaldía porteña, Jonathan Castillo.
Por el momento, “Panchito” sólo tiene el apoyo de su entrenador del juego-ciencia, Wilbert Villanueva y de la diputada federal emanada del PRI, la progreseña María Ester Alonso Morales.
Al final, el jugador sostiene: “Mi familia me ha apoyado incondicionalmente, igual que algunos amigos a los que estoy muy agradecido”.
¿Y cuál es la lección de todo esto? “Panchito” podrá parecer lo que la gente quiera opinar pero lo único cierto es que, a pesar de todos sus problemas, ha destacado en el llamado juego-ciencia a nivel estatal.
Si se recurriera al “sospechosismo”, entonces se podría pensar que su beca le fue retirada o suspendida porque antes había una gestión gubernamental emanada del PRI y estarían “depurando” el padrón de becarios. Ojalá que la jugada en el tablero político no vaya por esa casilla y sea sólo algo burocrático.
“Panchito” no se lo merece. El sabe perfectamente lo que pasa a su alrededor, no sólo en el ámbito estatal, sino también mundial. Lee, entiende y se da a entender.
¿Acaso no vale pena tener a una persona con capacidades diferente llevando el ajedrez yucateco con orgullo por donde se pueda? Una beca de 2 mil 200 varos mensuales no es nada; al contrario deberían incrementársela. Pero eso es cuestión de las autoridades del deporte estatal. ¿Qué dice a todo esto, Don Carlos Sáenz, titular del IDEY?
Amiguitas y amiguitos, ya saben: sugerencias para que “Panchito” tenga el apoyo que realmente requiere y se acaben los “sospechosismos”, enviarlas a [email protected] y/o [email protected]
