Una verdadera labor a favor de la ecología se realizó en las obras de ampliación del aeropuerto internacional de Mérida, en donde la empresa a cargo de todo decidió trasplantar una enorme ceiba, en lugar de derribarla.
Fue sin duda una labor titánica, pero se cumplió con el cometido de mantener en pie este árbol sagrado, que seguramente ya tenía varias décadas de vida y había que permitirle que siguiera así.
De acuerdo con lo que se supo de este destacado caso, desde el año pasado iniciaron las obras de ampliación del aeropuerto “Manuel Crescencio Rejón”, y la planeación prácticamente pasó por donde estaba una vieja y enorme ceiba.
Sin embargo, entre dichos planes no estaba derribarla, sino preservarla, y la forma más indicada de hacerlo fue trasplantarla.
Por supuesto, se trató de una labor titánica, pero finalmente se retiró la ceiba del sitio donde estaba y se le llevó hacia la zona de los hangares, en donde ya “pegó” y continúa viviendo, seguramente por muchas décadas más.
De esta forma se respetó la vida de este árbol sagrado en la cultura maya, y se le permitió seguir brindando sombra y, seguramente, hogar a aves y otros animales.
