Especialistas del IMSS lograron salvarle el ojo a un joven de 24 años que sufrió una picadura de abeja que casi le hace perder la vista, evitando además un daño irreversible en su visión.
El caso se dio en la Ciudad de México, de acuerdo con lo que informó el propio Instituto Mexicano del Seguro Social, y el paciente fue identificado como Sergio, un repartidor de alimentos.
Este joven, luego de entregar un pedido, se levantó el visor del caso que usa para transportarse en motocicleta, y en ese momento sintió el piquete de una abeja en el ojo derecho, y el veneno de inmediato comenzó a hacer daño.
A toda prisa se dirigió al área de urgencias de una clínica del IMSS, de donde se le mandó al Hospital General La Raza, revisándosele de inmediato y retirándose el aguijón de su ojo derecho, evitando un daño irreversible.
En 40 minutos se le hizo un mini trasplante de la capa externa de la córnea afectada, retirando toda la toxina de la superficie y se le reconstruyó la córnea de manera inmediata, según dijo la doctora Karla Verdiguel Sotelo, encargada del Banco de Tejido Corneal del Hospital La Raza.
Detalló que el aguijón fue directamente a la córnea de Sergio, y una vez incrustado en el tejido liberó toxinas y ocasionó la muerte celular en el tejido cercano a la lesión.
También dijo que hay muy pocos casos documentados de este tipo de piquetes, y de los que se conocen, la mayoría termina con la pérdida de la visión o del ojo.
“Por fortuna, el aguijón no penetró por completo en el globo ocular, se quedó en los primeros dos tercios de la córnea, lo que ameritó una resección para movilizarlo, ya que fue imposible su retiro en forma manual”, precisó la especialista.
Dijo también que la mejor manera de reconstituir la superficie ocular es con un tejido donado, “la gran fortuna que tenemos con el Banco de Tejido Corneal, es que hay tejido disponible en todo momento para la atención oportuna de estos pacientes”.
El paciente ya tiene una recuperación total, y en dos meses se le quitarán las suturas, se le rehabilitará visualmente y se reintegrará a su actividad familiar, social y económica.
Por su parte, Sergio dijo que al sufrir la picadura “sentía como si tuviera una espina que me lastimaba el párpado, el ojo lo tenía completamente cerrado. Corrí con mucha suerte de haber llegado (al IMSS) y que me atendieran de inmediato”.
