De acuerdo con investigadores, las mutaciones que a lo largo de los meses ha sufrido el SARS-CoV-2 que causa el coronavirus Covid-19, no son más letales, sino neutrales o en deterioro de su capacidad.
La semana se detectó en el Reino Unido y en Sudáfrica una cepa nueva de este virus, que hace que su contagio sea más rápido y por ende su propagación sea mayor, pero de acuerdo con los primeros datos, no sería más mortal y tampoco resistente a las vacunas que se desarrollan.
Así lo publicó la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la UNAM, detallando ampliamente la forma en que ha mutado el virus desde sus inicios el año pasado en China.
La publicación refiere que, como todos los virus, el nuevo coronavirus puede mutar y generar nuevas variantes del SARS-CoV-2, aunque por fortuna éstas no son muy frecuentes, comparadas con otros virus respiratorios.
“Hasta mayo se habían detectado más de 300 variantes en el gen de la proteína S. Estos cambios pueden disminuir o aumentar la capacidad de un virus para contagiar o generar daño celular”, explica el informe.
La proteína S es de la que deriva la forma de corona del virus, y también la que se une a las células humanas para poder entrar al organismo. Dicha proteína es el principal objetivo del sistema inmune para neutralizar al virus y eliminarlo, y es igualmente el objetivo de las vacunas.
Aunque por el momento, como ya se mencionó, las mutaciones que ha sufrido el covid-19 son neutrales o en deterioro de su capacidad, hay especial interés de los científicos en dos de ellas pues, de continuar, podrían afectar la capacidad de los anticuerpos del organismo humano para neutralizar el virus, e incluso afectar la capacidad de las vacunas para generar una protección adecuada.
