Por Jorge Moreno
Hace unas semanas, una persona que acudió al Museo Paranormal me decía que en casa de su primo habían visto un fantasma cuando recién se pasaron a vivir a ese domicilio, y los vecinos le comentaron que no se asustaran, pues era el alma en pena de una persona que había fallecido en ese rumbo, pero en la época de la Revolución Mexicana (1910-1917).” ¿Puede ser posible esto, que un ser del más allá deambule más de cien años?”, me preguntó.
Mi respuesta le sorprendió aún más, pues le comenté que, de acuerdo con los estudios de varios especialistas en la materia y de investigaciones en muchos sitios, se han encontrado casos sorprendentes como, por ejemplo, fantasmas que hasta el día de hoy deambulan en la “Torre de Londres” en Inglaterra, a pesar de haber muerto hace casi tres siglos, o el caso de un señor que trabajó en el edificio de la Lotería Nacional en la Ciudad de México en 1899 y hasta la fecha afirman ver su silueta.
En Yucatán, me ha tocado investigar casos de fantasmas que tienen más de un siglo, como en la hacienda Cancabchén Casares (Sitpach), en donde uno de los espíritus que deambulan en el lugar murió a finales del siglo XIX o el caso en una señora cuya fecha de muerte data del año 1905 (según su lápida en el Cementerio General de Mérida) y que hasta al menos el año 2016, seguía “espantando” a sus descendientes en la casa donde viven (colonia Itzimná).
Y es que, en realidad, tomando en cuenta todos los casos que he leído en libros, documentos en la materia e investigaciones propias, he podido llegar a la conclusión que una persona que fallece puede “descansar en paz” de inmediato o siglos después, no importa la forma en que haya muerto.
Esto último lo comento, porque se tiene la idea o el estereotipo de que una persona que fallece de manera trágica o inesperada (por ejemplo, en un accidente de tránsito) va a vagar como alma en pena dada la forma en que perdió la vida y por el contrario, alguien que muere de forma “tranquila” o de una larga dolencia o enfermedad (es decir que ya se esperaba su deceso) va a descansar en paz de inmediato.
Conclusión
En realidad, no hay una ley escrita sobre esto, pero en conclusión puedo decirles que las almas en pena van a deambular debido a algún pendiente que tengan en vida, por despedirse de alguien o porque simplemente quieren “vagar” por diversos sitios antes de partir en definitiva al más allá.
A estos últimos se les conoce como “fantasmas viajeros”, aparecen y mueven cosas en domicilios lugares que no conocieron en vida y ante gente que ni son familiares o amigos e incluso con los que nunca tuvieron trato.
¿Por qué lo hacen? Simplemente porque les llama la atención algo de ese sitio o de la persona, y se quedan ahí un tiempo hasta que deciden irse a otro sitio, en pocas palabras, los fantasmas, son almas en pena de personas que vagan por algún motivo en especial o nada en particular.
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