Enigmas: veneran al demonio en su pueblo

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Rollo: Jorge Moreno
En día pasados recibí la llamada de auxilio de una señora que radica en el municipio de

Tzucacab, quien me decía que uno de sus vecinos “venera al demonio”, y que por favor yo vaya

para “hacer algo”, pero luego de hacerle unas cuantas preguntas me di cuenta que el personaje en cuestión, quien al parecer pertenece a una secta satánica, no perjudica a ninguno de sus vecinos.

Esa persona es simplemente normal, no hay ninguna queja por ruidos a altas horas de la noche, olores extraños, o basura, y por lo tanto no se puede hacer nada. Ni siquiera las autoridades municipales podrían intervenir ya que no rompe ninguna regla y existe en nuestro país la libertad de culto.

Todo esto se los comento porque precisamente hoy hablaremos de un caso que vaya que dio

mucho de qué hablar y de cierta forma tiene cierta similitud con el caso de Tzucacab. Un caso en donde un pueblo completo llegó a venerar al mismísimo diablo: el demonio Valak alcanzó su popularidad en el año 2018, a raíz de que salió la película “La Monja” del Universo Warren.

En la trama se habla de este ser infernal que tiene el poder de profanar los cuerpos de personas, siendo las monjas sus víctimas favoritas. Su objetivo, es que éstas realicen crueles asesinatos que pongan en jaque a la iglesia católica.

Y aunque muchos creen que toda la película es ciencia ficción, lo cierto es que Valak es real, ya que los libros de demonología lo mencionan desde hace varios siglos, y lo describen como el Gran Presidente del Infierno y tiene a 30 legiones de demonios bajo su mando.

Todo inicia en el siglo XV, en la localidad Cluj Napoca, un reino ubicado al noroeste de lo que hoy es Rumania. Este sitio hoy es considerado como la capital extraoficial de la región de Transilvania y actualmente alberga varias universidades, vida nocturna y monumentos que datan de las épocas sajona y húngara. En torno a su plaza central, se encuentra la iglesia de San Miguel, de estilo gótico, y una impresionante estatua del rey Matías Corvino, que reinó en el siglo XV.

Nadie sospecharía que hace 400 años el mal se apoderó de este recóndito lugar.

De acuerdo con las crónicas de los archivos de esa ciudad, en el año 1499 la peste negra mató a

casi la mitad de la población, fue una epidemia muy similar a la pandemia que azotó en toda

Europa un siglo antes, pero las muertes se la atribuyeron al mismísimo demonio pues pensaban

que éste quería llevarse las almas de todos los habitantes de Cluj Napoca. Por más que hicieron

ofrendas y veneraron con fervor a sus dioses, las muertes iban en aumento.

Entonces, uno de los aldeanos, de nombre Janos Borza, quien se dedicaba a las artes oscuras, dijo que tuvo una visión, en donde el mismísimo demonio le pedía informar al pueblo que si lo

veneraban, acabaría con las muertes y mandaría a sus legiones de demonios a otros pueblos

enemigos.

Y aunque al principio los concejales del reino estuvieron en desacuerdo, fue tal su desesperación al ver còmo las muertes se sumaban por decenas todos los días, que no les quedó más remedio que aceptar esa macabra idea.

Fue así como Borza, en compañía de dos hechiceros más, prepararon ofrendas, hicieron las

invocaciones necesarias y el maligno apareció, a través de Balak, el temible gran presidente del

infierno.

Casi como por arte de magia, las muertes cesaron, y el pueblo agradeció a su nuevo dios la

bendición de la vida. Se cuenta que por siete años se veneró a Balak y que incluso construyeron

una estatua en su honor. Fueron épocas de verdadera prosperidad.

Sin embargo, tiempo después el imperio húngaro conquistó esa zona de Rumania y prácticamente todo fue destruido, hasta que décadas después Cluj Napoca renació de sus cenizas y se empezó a construir todo de nuevo y la prosperidad llegó, pero nadie quiso recordar que apenas pocos años antes, el reino era propiedad del gran presidente del infierno.

Esto capítulo de la historia no es muy conocido, pues en ese entonces, Cluj Napoca no tenía mucha comunicación con otros reinos, además, sólo duró siete años y evidentemente la iglesia católica ha tratado de borrar todo rastro de este siniestro episodio en donde el mal fue aceptado como solución a las muertes por la peste negra desafiando y dejando en evidencia al cristianismo.

¿Realmente Valak fue el autor de todas esas muertes? ¿Él fue quien detuvo esa masacre? Lo único cierto es que el reino quería resultados y los obtuvo con este demonio, el cual quizás hasta el día de hoy espera con ansias la invocación de otras personas para ser venerado.

A la izquierda, “La Monja” de la película del mismo nombre y a la derecha, el demonio “Valak” cuando no está transformado en “religiosa”.
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