Enigmas: Descanse en paz el ufólogo Ángel Luna

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Por Jorge Moreno
El tema OVNI sin duda puede generar mucho apasionamiento, pero lo importante es ser ecuánime y no irse con la finta por cualquier “lucecita” que se vea en el cielo; justo eso caracterizó a nuestro amigo y compañero Ángel Luna, quien lamentablemente falleció hace unos días.
Posiblemente usted no haya escuchado hablar de él; por una parte no le gustaban los reflectores y por la otra, su cargo en el Centro Cultural Olimpo del Ayuntamiento de Mérida, no le permitía públicamente hablar sobre los “aliens”, pero sin duda fue una de las personas más conocedoras del tema.
Lo conocimos en el año 2004 y en aquel entonces estaba casi iniciando la revista “Misterios” y cuando estaba buscando personas expertas en el tema para entrevistar, un grupo de ufólogos encabezados por el capitán Irving Peña (qepd) me concertaron una cita con él, en su domicilio de ese entonces, en el Centro de Mérida.
Me llamó la atención lo centrado que era en el tema, lo mucho que conocía sobre la ufología y sobre todo lo ecuánime, casi rayando en el escepticismo (por contradictorio que pudiera sonar); él no se dejaba apantallar por un apasionante relato o un vídeo donde se viera una luz extraña… siempre buscaba ir más allá, encontrarle explicación lógica, o en su defecto ir al fondo del asunto.
Siguió muy de cerca el caso de la oleada OVNI de Homún (en la laguna Yalahau) y también de los frecuentes avistamientos ocurridos en el municipio de Ticul (en el año 2005), y en su opinión creía al cien por ciento que nos visitaban seres de otros planetas, pero siempre aclaraba: “Uno de cada cien reportes son reales, sólo uno de cien; el punto es que hay miles de reportes…”
A continuación, les presento dos de varios relatos y experiencias que me platicó aquella vez, y posteriormente en otras entrevistas y pláticas.
El OVNI de Tixkokob
“En una ocasión, estaba viajando con unos amigos hacia el municipio de Tixkokob y casi al llegar, vimos desde el auto cuatro luces, que formaban una línea, cuando lo notó uno de los compañeros, nos dijo a los demás y fue sorprendente porque segundos después esas cuatro luces se separaron y cada una se fue a un punto opuesto, no había forma de que fuera
Y agregó: “Uno de los que venían con nosotros dijo que podía ser parte de los fuegos artificiales que había en el pueblo, ya que estaba la fiesta tradicional, pero eso era imposible, ya que las cuatro luces que vimos, como si fueran estrellas, estaban en una formación perfecta y cuando se alejaron lo hicieron de la misma forma, no de manera irregular como podría tratarse de los voladores de las fiestas”.
El otro caso lo vivió en el Periférico de Mérida, cerca de la emblemática hacienda de Sitpach, famosa por estar “embrujada”: “Nos pasó a principios de los años noventas, cuando mucha gente acudía a la ex hacienda porque decían que era satánica y, al mismo tiempo, en la carretera de entrada hacia la comisaría, entroncando con el Periférico, se paraban muchos autos a ver OVNIS, pues hubo una época en que se veían de manera frecuente”.
“ Fui en tres ocasiones, la última ya no quería ir, pues las dos veces previas no vimos nada, pero me convencieron y ahí estuvimos; no me arrepentí porque alcanzamos a ver primero una como estrella que de pronto empezó a moverse en zigzag y luego un llamado OVNI de “cigarro” (por su forma así se les llama en el argot ufológico), pero a pesar de lo sorprendente, nadie nos creía cuando lo contábamos, hasta nos tomaban a locos, por eso dejé de decirlo; en ese entonces no habían celulares para grabarlo y tampoco teníamos cámara de video, así que no conseguimos evidencias”, finalizó.
La niña fantasma del Olimpo
Por cierto, Luna también era muy aficionado del tema paranormal y cuando hace algunos años me tocó impartir una conferencia en el Centro Cultural Olimpo como parte del Festival de las Ánimas, me platicó sobre las apariciones fantasmales de una niña que había sido vista en varias partes del recinto.
Y no sólo fue una plática, me hizo un recorrido por todo el lugar, me presentó a los empleados que habían sido testigos de estos sucesos y me dio sus teorías, siempre muy objetivas sobre lo que podría ser, llegando a la conclusión (al igual que yo) que si se trataba de el alma en pena de alguien, ya que no habían ningún tipo de explicación lógica ante tantos sucesos fuera de lo común que ocurrieron ahí.
Descanse en paz nuestro apreciado Ángel Luna.

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