Enigmas: Tres casos ¿milagrosos?

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Por Jorge Moreno
A raíz de que esta semana dimos a conocer en redes sociales el caso de “Ángel” (y ayer en esta sección), varias personas se comunicaron conmigo para relatarme situaciones similares:

Una persona de nombre Naorobi comentó lo siguiente: “Pues no sé si sea la misma persona (Ángel), pero mi jefa una vez me platicó que cuando su hija tenía como unos 23 años tuvo un accidente automovilístico con su novio, justo en ese mismo rumbo, el fraccionamiento Francisco de Montejo, y que al momento del choque ellos quedaron muy alterados y con golpes.

”De pronto se les acercó un joven y les brindó ayuda y los llevó a su casa para darles agua y tranquilizarlos para que pudieran hablar con sus papas y decirles que sufrieron un accidente y así lo hicieron, hablaron y fue su papá a recogerlos y le dio las gracias al muchacho por ayudar a su hija.

”Al tercer día ya se había arreglado el accidente, entonces mis jefes fueron a darle una gratificación por todo su apoyo a ese joven, pero cuando llegaron a la casa donde supuestamente vivía, ésta se encontraba abandonada y no lo podían creer, porque tres días antes estaban adentro.

”Ellos piensan que fue un ‘ángel’ el que ayudó a su hija y a su novio. Esto pasó hace muchos años y ahora ella ya está grande y tiene familia”, finalizó.

Los niños ayudantes

El segundo relato nos lo envió Leydi Guadalupe Aguilar Pérez: “A mí me pasó algo extraño ya hace muchos años cuando trabajaba en el aeropuerto de Campeche; ese día llovió fuerte en la noche y los camiones dejaron de pasar; en ese entonces apenas y empezaban a hacer el cementerio que está actualmente ahí y para agarrar camión tenías que estar parada enfrente del panteón.

”Recuerdo que ya llevaba como una hora ahí esperando el autobús cuando, de repente, de la nada, y digo de la nada porque no habían casas cerca, sólo una bodega, a lo lejos vi venir a dos niños; recuerdo que se me acercaron y me dijeron que no había camiones y que ya mero empezaría a llover.

”Me dijeron que si quería ellos me acompañaban a agarrar camión hasta la otra colonia. Al principio me dio miedo, pero ya después me dijeron que no tuviera temor y empecé a caminar y ellos iban jugando a mi lado.

Llegué a donde pasaban los autobuses de la siguiente colonia, que por cierto estaba retirada del aeropuerto, subí al camión y empezó a llover fuerte.

”De ahí no supe más de esos niños, pero al día siguiente llegué al trabajo y le platiqué a un amigo; se empezó a reír, porque me dijo que ¿de dónde iban a salir unos niños estando la empresa en medio del monte?”, finalizó.

La enfermera amorosa

El último relato que les presentamos hoy, lo envió Cecilia León: “A mí me pasó algo parecido hace 20 años. Yo tuve una bebé, que a los dos días murió; estuve muy mal, tanto emocional como de salud, estuve sola y una enfermera me atendió como si yo fuera su hija, con mucho amor y muy pendiente de mí.

”Ya cuando iban a darme de alta, la busqué para agradecerle su atención, pero nadie me supo dar razón de ella.

Fue en la clínica T1 del IMSS y las veces que he regresado la he tratado de buscar, pero no la volví a ver; era una persona muy dulce, me hablaba con mucho cariño, que ni siquiera mi madre me trató así”, finalizó.

En este último caso, es muy posible que sea el alma en pena de alguna enfermera fallecida hace varios años que tuvo en vida la loable labor de cuidar a las personas y ahora, aunque ya no pertenece a este mundo, continúa con su labor”.

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