Por Jorge Moreno
Margarita Tejada nos mandó este interesante, y a la vez terrorífico, relato que le ocurrió hace un tiempo, esto fue lo que nos dijo:
“Hace 16 años, a finales de enero, me encontraba con mi hijo recién nacido que tenía exactamente 43 días de nacido. Ese día por la tarde, me sentí con ganas de lavar un poquito de ropa y así lo hice mientras él dormía. Con ayuda de mi mamá, llenamos el patio de la casa con toda la ropa de mi pequeño, pues para esos días mi esposo salía a las 10 de la noche de trabajar y regresaba en bicicleta a la casa, cosa que él aprovechaba para asustarme algunas veces.
“Eran aproximadamente las 10:30 p.m., cuando escuché un jugueteo en la puerta de adelante de la casa como si alguien intentará abrirla, por instinto grité desde el cuarto: “Deja de jugar así, tienes llaves, entra”.
Lo extraño es que seguí escuchando el forcejeo de la puerta con más insistencia. “En ese momento algo frío me recorrió la piel a lo que reaccione a ponerle llave inmediatamente a la puerta de atrás con mucho sigilo. No puedo olvidar la silueta que vi por la ventana cuando cruzó: era un animal grotesco de hocico enorme, que caminaba erguido y en dos patas. En ese momento, lo único que pensé fue en esconderme y que no me encuentre. Y le rogaba a Dios con todas mis fuerzas que no me viera, mientras trataba de esconderme.
Hasta los perros lo percibieron
“Me metí en mi cuarto con una desesperación y una angustia al mismo tiempo, que ese animal recorría los pasillos buscando por dónde
ingresar a la casa. Escuchaba las pisadas, eran de algo muy pesado, recuerdo que los perros ladraban con mucha desesperación y cierto temor.
“Una vez dentro del cuarto, tomé a mi hijo en mis brazos y me metí a un costado de la cama y un buró que estaba pegado a la ventana, lo único que le rogaba a Dios con todas mis fuerzas, es que mi hijo no llorara porque desde donde estaba, pude ver por la ventana, cómo la ropa de mi hijo se movía, lo que quería decir que eso estaba ya en el patio.
“No se me olvida cuando vi sus manos con grandes garras tratando de abrir la ventana, su enorme y grotesca figura, tratando de ver qué había dentro del cuarto; sentí morir cuando su hocico alargado con grandes dientes, respiraban junto a los cristales. Nos estaba olfateando, sabía que estábamos ahí, créanme que estaba a punto de entrar, ya había recorrido toda la casa por fuera y ya sabía que estábamos solos, cuando por gracia Divina, pegó un vehículo y era mi papá y mi esposo que también llegaba.
Atropellamiento
“Lo que haya sido, se percató que llegó gente, y así de repente, imagino que dio un gran salto, por la barda del patio y se fue. Imagínense la cara de mi papá y mi esposo al verme temblando de miedo y sin poder hablar, créanme que no estuve tranquila hasta que unos policías por la carretera de Umán, reportaron haber atropellado a un animal y ¡sorpresa!, era una mujer.
No sé si alguien más por esas fechas pasó por algo similar, pero desde eso no se ha sabido más de la llamada mujer loba.
“Mucha gente la vio, y aparecieron recién nacidos muertos sin el corazón en San José Tecoh, por la parte de atrás del Penal de Mérida, y el caso fue muy sonado en los diarios locales, hasta hay un periódico que mencionó que la vieron de noche en la Plaza Grande cuando se transformó en un lobo, y la gente salió despavorida corriendo, lo que sé es que ella no regresó.
“¿Viento malo, bruja, huay, mujer loba?
No creo que haya sido fantasía, espero que nadie viva lo que yo viví. El mal existe, escuchen a los mayores cuando te aconsejan cómo protegerte. A mí me sirvió rezar, espero a todos ustedes si llegan estar en una situación así también les sea efectivo”, finalizó.
Como comentario podemos decir que esto le ocurrió para las épocas que se veía a la llamada “mujer loba” en varios municipios, incluido Umán, aunque también es justo decir que el animal que atropellaron en la carretera, sí resultó ser un perro, aunque por la psicosis que había en ese entonces, muchos pensaron que se trataba de la hechicera apodada “mujer loba”.
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