Enigmas: scouts viven el susto de sus vida con los ‘aluxes’

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Rollo: Jorge Moreno
En anteriores ediciones ya hemos platicado sobre las experiencias paranormales que han vivido algunos “scouts” durante sus campamentos en los montes de Yucatán, lo cual de cierta forma podría considerarse normal al estar expuestos en esos sitios, en esta ocasión en “Historias para no dormir” les presento el testimonio de Alejandro Góngora Jiménez quien, cuando era adolescente, tuvo una vivencia que a continuación relata:

“Corría el año de 1985 cuando yo militaba entre los miembros del Grupo 31 de Scouts de México en el Estado de Yucatán, como guía de la Patrulla “Mapaches”,  y decidimos ir de campamento a la hacienda San Juan Bautista, cerca del basurero municipal de Mérida”.

“Todos esperábamos con mucha emoción que llegara la fecha del campamento, ya que lo disfrutábamos al máximo, desde el instalar las casas de campaña, construir nuestras propias mesas y sillas, diseñar el tipo de fogata que íbamos a realizar según lo que habíamos planeado cocinar, los juegos hasta el esperado momento por todos… la hora de las historias de terror… que contábamos en las noches para hacer más amena la noche y para asustar a los más pequeños.

El primer día transcurrió sin ningún sin ningún contratiempo, todo había salido de acuerdo al programa de actividades que habíamos planeado; en la primera noche se contaron las tan ansiadas historias escalofriantes, que algunos las habían leído, otros las escucharon de familiares y amigos y algunos, que no se sabían ninguna las inventaban, el caso era lograr ese ambiente de temor y hasta de angustia para algunos.

Ya entrada la madrugada nos fuimos a dormir. Cabe señalar que hacíamos turnos para vigilar de que no se acercara algún animal o peor aún alguna persona que quisiera robar, lastimar y por qué no hasta matar a cualquiera de nosotros, esa primera noche no pasó nada.

Ya era el segundo día de aquel fin de semana caluroso de verano, y las cosas sucedían de forma normal y cumpliendo cabalmente con nuestro programa de actividades; nuevamente muchos esperaban ansiosos la noche para escuchar esos relatos que les inquietaban y no les dejaban dormir, pero nos gustaba esa sensación de temor a lo desconocido.

Pasaron las horas, estábamos alrededor de una fogata, que era la única luz en la oscuridad,… y aparentemente todo estaba normal, nos fuimos a dormir y uno de nosotros se quedó a fuera de las tres casas de campaña para hacer el primer turno de la guardia.

Al extinguirse la fogata, casi una hora después, el scout de guardia entró a la casa de campaña donde estábamos para decirnos que se acercaban unos niños, ya que se oían sus voces, gritos y veía como si tuvieran linternas y se aproximaban hacia nosotros.

Salimos para ver y cuál fue nuestra sorpresa que no eran niños, sino unas bolas de luz a escasos treinta centímetros de separación con la tierra, y efectivamente se escuchaban las risas y gritos como si fueran niños que estuvieran jugando.

Sin pensarlo dos veces nos metimos a la casa de campaña, y a través de ella veíamos aterrados como se acercaban esas luces y como una de ellas atravesó toda la casa de campaña haciéndole dos orificios en la que estábamos en tanto que a la otra casa de campaña la tiraron por completo, lo que nos dio risa al ver que les caía encima a los que estaban adentro y al mismo tiempo miedo. ¿Habrían sido los aluxes algún otro tipo de ente que nos visitó esa escalofriante noche?

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